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  Por el libro
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4 de mayo de 2010

La Opinion

Las quejas sobre abusos y amenazas de las agencias de cobro están al alza 17%, informó la Comisión Federal de Comercio (FTC) en su último reporte anual sobre ese negocio, que fue dado a conocer ayer. En 2009 recibió 32 mil 76 reclamos frente a 26,652 en 2008.

Las amenazas veladas, las llamadas a deshora y los avisos a los patronos de los acreedores sobre la situación crediticia de sus empleados son parte de las tácticas que, según los denunciantes, están empleando con mayor frecuencia los negocios de cobro para recuperar los saldos adeudados a sus clientes.

El reclamo más frecuente presentado a la FTC respecto a las agencias de cobranza en 2009 –casi la mitad del total de protestas- se refirió a las llamadas repetidas o continuas. Dentro de esa categoría, nueve mil quejas tuvieron que ver con llamadas hechas antes de las 8 de la mañana o después de las 9 de la noche, lo que contraviene la ley.

Muchas denuncias, 9 mil, aludieron al uso de lenguaje obsceno o abusivo por parte de los cobradores.

En algunos casos los cobradores habrían empleado o amenazado con violencia si el consumidor no cancelaba su deuda.

De acuerdo a Rosario Méndez, abogada del Departamento de Protección del Consumidor de la FTC, los cobradores de deuda no pueden mentir, amenazar, anunciar las consecuencias que un deudor sufrirá si no paga su deuda, ni pueden llamar a su trabajo sin permiso de su patrón. Un acreedor también puede parar las llamadas si lo pide por escrito a la compañía cobradora de deuda –lo que por otro lado no eliminará esta.

La FTC admite que no todas las conductas que suscitan la ira de los consumidores violan la Ley Federal de Protección de Métodos Justos de Cobranza (FDCPA), que regula las operaciones de esos intermediarios entre deudores y acreedores.

"Por ejemplo", dice el documento, "a veces los consumidores se quejan de que una agencia de cobranza no acepta pagos parciales en los mismos términos originales en el momento en que la cuenta se encontraba corriente".

La FTC también hizo ver que el número de quejas relacionadas con empresas de cobro que recibe, constituye apenas un porcentaje ínfimo de los millones de contactos que éstas tienen cada año con los consumidores.

Sin embargo, dice, esta industria genera el mayor número de quejas de todas las que supervisa.

Aunque por un lado el estado desastroso de la economía ha hecho crecer la demanda de las compañías que se encargan de convencer a quienes tienen deudas que las pague, el aumento de la morosidad y el desempleo han hecho más difícil su trabajo.

Recientemente, Tony Pinto, jefe de comunicaciones de A.R.M. Solutions, una de las compañías de cobro más importantes del país, dijo a este diario que "hay mucha gente a quien llamar, pero nadie tiene dinero para pagar".

La mayoría de esas empresas cobra un porcentaje de la deuda cobrada que puede ascender a 55% de la cantidad impaga.

Durante los primeros seis meses del año, según datos del American Bankruptcy Institute, el número de bancarrotas en Estados Unidos se incrementó 36% con respecto al año pasado.

En el mismo período, las gestiones de quiebra aumentaron 35% entre los individuos o familias endeudadas.

El reporte de la FTC aparece ahora que la Asociación Nacional de Profesionales de Cobro y Crédito (ACA), trata de evitar la creación de una nueva entidad regulatoria para supervisar su negocio. Otro temor de estos es que la Ley de Protección del Consumidor de Servicios Telefónicos (TCPA), que también se encuentra bajo la supervisión de FTC, adopte nuevas reglas, propuestras recientemente, que limitarían el uso del teléfono para perseguir a los morosos.

Una de ellas prohibiría por ejemplo originar llamadas utilizando un sistema automático o de voz pregrabada dirigidas a un consumidor, a menos que este haya dado su consentimiento previo y escrito.

Para reducir costos, las agencias de cobro están utilizando tecnologías telefónicas que les permiten llegar a más acreedores en menos tiempo.

Rozanne Andersen, directora ejecutiva de la ACA considera que tales cambios "tendrían un impacto profundo en la industria de cobro de deudas"."De hecho, sería la regla más desastrosa que hemos encarado nunca", ha expresado.

-Comuníquese rápidamente con las agencias de cobranza.

-Si cree que el reclamo no tiene mérito, pida a la compañía que pruebe su existencia.

-Si solicita la verificación de la la deuda dentro de los primeros 30 días de haber recibido la primera carta de cobranza, la agencia de cobros no podrá proseguir la acción de cobro mientras está pendiente la verificacción.

-Si la deuda existe y tiene dinero para hacer pagos, negocie con la agencia; tal vez pueda conseguir que la esta acepte saldar la cuenta aunque sólo pague una parte de lo adeudado.

-Si busca un descuento grande (v.g. 50%) esté preparado para pagar el monto reducido en uno o dos pagos, y no a largo plazo.

-Para ayudar con el proceso de negociacion busque una agencia que sea miembro de National Foundation For Consumer Credit (nfcc.org, 800-388-2227)

-Si no tiene dinero para pagar, también puede decírselo a la agencia, así tal vez no le den prioridad a su deuda.

-También puede exigirle a la agencia que ya no se comunique con usted. La agencia ya no podrá comunicarse con usted excepto para decirle que ya no le seguirán cobrando, o que van a tomar alguna medida specifica para remediar el caso, como por ejemplo demandarlo.

-No dude en consultar un abogado. La asociacion de abogados de su condado le puede recomendar abogados particulares y tambien dirigirlo a servicios legales gratuitos y de bajo costo (o busque servicios gratuitos en el sitio de internet http://www.lsc.gov/ )

-Un abogado le puede ayudar a determinar si la deuda es demasiado vieja para ser cobrada; en tal caso podria usar esto como una defensa si tratan de cobrarle o demandarlo.

-Un abogado también podría ayudarle si la agencia viola leyes que limitan las tácticas abusivas de cobro.

-No se comprometa a hacer pagos que no puede hacer, o pagos de deudas que no son suyas o que son demasiado viejas. Si se compromete a pagar una deuda muy vieja, podría verse obligado a cumplir el nuevo acuerdo, y perder la defensa de no tener que pagar deudas muy viejas (donde ya se venció el "statute of limitations"

(Fuente: Consumer Action)