4 de mayo de 2010
El Vocero
Uno de los posibles efectos del cierre de los bancos RG Premier Bank, Westernbank y Eurobank, los cuales fueron adquiridos por Scotiabank, Banco Popular y Oriental Bank and Trust, respectivamente, es un aumento en las vacantes de propiedades inmuebles en el caso de que los nuevos dueños decidan no adquirir las 99 instalaciones disponibles. En el caso del Banco Popular de Puerto Rico, su presidente David Chafey dijo a EL VOCERO que la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) les concedió un plazo de 90 días para decidir cuáles de las 46 sucursales de Westerbank desean adquirir para sumarlas a las 173 que posee Banco Popular. "Hoy es nuestro primer día de trabajo desde que adquirimos a Westernbank, por lo que es muy prematuro saber si vamos a quedarnos con algunas sucursales. En cuanto al edificio central de Westerbank en Mayagüez, es improbable que lo necesitemos, pero esa decisión todavía la estamos evaluando. Estamos analizando cuáles edificios son más funcionales para brindarle un mejor servicio a los clientes, pero esto tardará varias semanas en decidirse", indicó Chafey. Por su parte, Marilyn Santiago, vicepresidenta y directora de Mercadeo de Oriental Bank and Trust, explicó que el acuerdo entre la FDIC y el banco que cuenta con 21 sucursales, no incluye las propiedades inmuebles, por lo que adquirirlas sería una inversión adicional para la institución bancaria. "Esto todavía no está decidido. Esperamos tener una respuesta sobre lo que pasará con las 24 sucursales de Eurobank a finales de esta semana", aseguró Santiago. Sobre el particular, la página de Internet de Scotiabank informa que no habrán cambios a corto plazo y que a medida que se avance en la transición de ambos bancos, se informará cuál será la distribución de sucursales, de acuerdo a las necesidades de los clientes. Scotiabank cuenta con 17 sucursales y RG Premier Bank contaba con 29, de las cuales se desconocen cuáles pasarán a ser propiedad de Scotiabank. De no comprarse o rentarse las 99 propiedades vacantes, se podrían afectar aún más los arrendadores de propiedades comerciales, un mercado que en la actualidad está estancado por tratarse de grandes edificios que pagan altas mensualidades. "Si los bancos no comprar o rentan estas propiedades, aumentará la oferta del mercado comercial por pie cuadrado que ya ha devaluado. Esto no será un impacto grave para la industria de bienes raíces porque estos edificios están distribuidos en diferentes partes de la Isla, pero afectará precisamente a los dueños de este tipo de propiedades que son las más lentas que se mueven en el mercado", opinó Milton Serrano, hijo, presidente de la Asociación de Arrendadores de Bienes Inmuebles de Puerto Rico. Una gran parte de las propiedades que tenían los bancos consolidados están ubicadas en centros comerciales, por lo que se trataban de espacios arrendados, que de no utilizarse igualmente quedarán vacíos.