20 de abril de 2010
La Opinion
WASHINGTON, D.C (EFE).— Toyota aceptó ayer el castigo impuesto por las autoridades estadounidenses por ocultar durante meses un defecto en sus vehículos, al acordar pagar una multa de 16.37 millones de dólares, aunque dijo que esto no supone reconocer su culpabilidad. El secretario de Transporte estadounidense, Ray LaHood, dijo a través de un comunicado- "estoy satisfecho de que Toyota ha aceptado su responsabilidad por ignorar sus obligaciones legales de informar puntualmente sobre cualquier defecto". Aunque Toyota aceptó abonar "la pena civil" exigida por el Gobierno estadounidense se negó a reconocer que el pago de la multa supone aceptar su culpabilidad.La multa fue impuesta por un defecto que, en algunos de los modelos más populares de Toyota, hace que el pedal del acelerador se quede atascado y tarde en recuperarse una vez que el conductor deja de aplicar presión, lo que puede provocar aceleraciones involuntarias. Hasta ahora, la mayor multa impuesta por las autoridades estadounidenses a un fabricante de automóviles había sido 1 millón de dólares a General Motors."Hemos aceptado este acuerdo para evitar una prolongada disputa y posibles litigios así como para poder seguir avanzando totalmente concentrados en las medidas para fortalecer nuestras operaciones de garantía de calidad", afirmó la compañía a través de un comunicado. El pasado 5 de abril, LaHood había señalado en un duro comunicado acusatorio- "ahora tenemos las pruebas de que Toyota no cumplió con sus obligaciones. Lo que es peor, durante meses ocultaron a sabiendas a las autoridades de EEUU un peligroso defecto y no actuaron para proteger a millones de conductores y sus familias". LaHood añadió que aunque Toyota conocía desde el 29 de septiembre de la existencia del defecto en el acelerador tardó cuatro meses en notificar el problema a la Administración Nacional de Seguridad en la Carretera (NHTSA).Ayer Toyota dijo- "lamentamos que NHTSA determinara de forma provisional que podían solicitar una pena civil. Toyota niega la alegación de NHTSA que incumplió la Ley de Seguridad o sus regulaciones". El fabricante japonés añadió- "creemos que nos esforzamos a investigar en buena fe esta condición y desarrollar una contramedida apropiada. Hemos reconocido que podríamos haber mejorado la distribución de la información relevante, pero no intentamos ocultar el defecto". Sin embargo, Toyota no explicó por qué tardó cuatro meses en notificar a las autoridades estadounidenses que había detectado un defecto en sus vehículos, tal y como señaló el Departamento de Transporte. Las leyes estadounidenses establecen un plazo de cinco días para comunicar defectos desde el momento en el que el fabricante es consciente del problema. El defecto obligó a que Toyota llamara a revisión en enero 2.3 millones de vehículos en Estados Unidos. Toyota también se ha visto obligada a llamar a revisión 5.4 millones de vehículos por otro defecto que hace que el pedal del acelerador se quede atrapado en la alfombrilla s del lado del conductor. Y Toyota se enfrenta a acusaciones por parte de algunos consumidores, según las cuales los vehículos tienen un defecto en los sistemas electrónicos que provoca que los automóviles aceleren de forma incontrolada, algo que la compañía niega de forma enfática. El pago de la multa no supone el punto final de los problemas de la compañía. Al mismo tiempo que LaHood expresaba su satisfacción por la decisión de Toyota de aceptar el castigo, el secretario de Transporte añadió que el Gobierno estadounidense sigue investigando si la empresa ha cumplido con todas sus obligaciones de revelar problemas con sus vehículos. Los investigadores del Departamento de Transporte y de la Administración Nacional de Seguridad en la Carretera están revisando más de 120.000 documentos facilitados por el fabricante japonés.