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  Por el libro
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14 de abril de 2010

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NUEVA YORK (AP) - Un número sustancial de cardiólogos estadounidenses _aproximadamente uno de cada cuatro_ aseguran haber ordenado exámenes médicos que quizás no eran necesarios pero que los solicitaron ante el temor de ser demandados, indicó un nuevo estudio.

Aproximadamente 600 galenos fueron encuestados para determinar la manera como atendieron a sus pacientes y si hubo asuntos no referentes a lo estrictamente médico que hubieran podido influir en sus decisiones para ordenar pruebas invasivas de corazón.

La mayoría dijeron que no se vieron empujados por asuntos como ganancias económicas o las expectativas de los pacientes. Sin embargo, aproximadamente el 24% de los médicos entrevistados aseveraron que habían recomendado exámenes en el año previo ante la posibilidad de que fueran demandados después por negligencia médica.

Aproximadamente 27% de los entrevistados dijeron que lo hicieron porque pensaban que sus colegas ordenarían los exámenes también.

Los cardiólogos que atendieron a pacientes de manera más invasiva al parecer se vieron más influidos por temores a ser demandados por negligencia o por presión de sus colegas que otros cardiólogos que no fueron tan así de agresivos, de acuerdo con el estudio.

La investigación se realizó para analizar si la actitud de los médicos y sus prácticas médicas habrían contribuido a las grandes diferencias que hay en Estados Unidos en cuanto al uso de los servicios de salud y al gasto en ellos.

"Hemos sabido desde hace mucho que el sitio donde uno vive influye sobre el tipo de cuidados de salud que uno puede obtener y qué cantidad de esos servicios puede recibir", dijo el autor principal del estudio, Lee Lucas, director asociado del llamado Center for Outcomes Research and Evaluation del Centro Médico de Maine.

Algunas de las razones son bien conocidas, como las diferencias en las tasas de enfermedad, las preferencias de los pacientes y la disponibilidad de los servicios médicos o de camas de hospital.

Además, una mayor cobertura de los servicios no se traduce necesariamente en un mejor cuidado de la salud, destacó Lucas.

Para el estudio, a los médicos se les pidió que recomendaran exámenes médicos y tratamientos para tres pacientes hipotéticos con enfermedades cardíacas.

Sus respuestas fueron utilizadas para calificar el nivel de agresividad que emplearon para atender a esos pacientes.

Además, con los registros del programa gubernamental de asistencia médica para los ancianos Medicare, los investigadores descubrieron que los médicos con calificaciones más altas solían atender en áreas con mayor gasto en general o con costos más altos en los exámenes cardíacos, aunque las diferencias entre unos y otros fueran pequeñas.

También se les preguntó a los médicos si temas no relacionados los habrían conducido a recomendar exámenes cardíacos como la canalización de venas o arterias cardíacas, en la que se introduce un catéter delgado al corazón para analizar qué también está funcionando y para buscar algún signo de enfermedad.