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  Por el libro
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8 de abril de 2010

Primera Hora

Compraron propiedades que les costaron entre $190 mil y $270 mil. Comenzaron a vivir en sus apartamentos, todos en desarrollos de la compañía del empresario Arturo Madero, y con la nueva vivienda empezó la pesadilla.

Vicios de construcción, problemas con la pintura, ascensores sin inspeccionar, drenajes inservibles, son sólo algunos de los problemas con que tuvieron que lidiar los nuevos dueños . Para colmo, nunca se les entregaron las instalaciones recreativas que les prometieron.

Así lo denunció a Primera Hora Aileen Pabón, vicepresidenta de la Asociación de Residentes del Condominio Miradores, dentro del complejo de vivienda Caminos del Bosque. Este walk-up ubica en una hermosa montaña sanjuanera con vista al valle de Caguas. La estructura principal del condominio luce distintos tonos de color marrón, ya que se utilizaron distintas pinturas.

A los compradores de Miradores les prometieron canchas de tenis, piscina, área recreativa y veredas para caminar. Sin embargo, nada de eso fue levantado en el complejo, al que se entra por una carretera que lleva montaña arriba. Una de las peculiaridades de Caminos del Bosque es que el proyecto tiene una calle donde fueron construidas diez enormes residencias por las que en un momento se pidieron $800 mil. Ahora se están vendiendo en $400 mil o al mejor postor.

La imposibilidad de vender dichas mansiones causó que con el tiempo éstas se hayan comenzado a deteriorar. Inclusive, el propio Madero -que se hizo famoso por ser el desarrollador del controvertible proyecto Paseo Caribe en el Condado- no ha garantizado ni cumplido con el mantenimiento de las áreas verdes. Al llegar al lugar, da la impresión de que las casas están arropadas por la maleza. De las diez mansiones, tres están vendidas y siete fueron ejecutadas.

Los vecinos de Miradores dialogan al día de hoy con Madero y lograron que el empresario entregara el pago del mantenimiento de los apartamentos hasta mayo. Los titulares deberán iniciar sus pagos a partir de junio.

"Uno se pregunta por qué el desarrollador no cumple, por qué se le acabó el dinero, por qué hay que construir con problemas en lugar de como se debe. Si la economía estuviera buena y Madero vendiera Paseo Caribe, quizás pagaría todos sus abogados y consultores y quizás entonces pudiesen estar resueltos nuestros problemas y los de los otros complejos con similares situaciones", dijo Pabón.

Otros que sufren

La situación del condominio Miradores es similar a la que han enfrentado por años los vecinos de los 144 apartamentos de Colinas del Bosque, ubicado en la colindancia entre Guaynabo y Bayamón.

Al manejar por la entrada principal para llegar hasta donde se erigen los edificios, se observa a la izquierda el esqueleto de lo que en principio fue Puerta de la Colina. Las obras están paralizadas, las varillas de acero lucen por fuera y la yerbas malas ocupan los apartamentos. Puerta de la Colina también, al igual que Colinas, es de Madero.

"Aquí hemos tenido problemas con el acceso controlado, no tenemos ni siquiera un área donde celebrar las reuniones de los vecinos", dijo una de las vecinas perjudicadas en Colinas, Suzana Cebollero.

Es evidente el deterioro. Los edificios lucen tremendas grietas. Los estacionamientos soterrados carecen de pintura adecuada, hay goteras y falta iluminación de seguridad.

"Ahora que asumimos la administración habrá que hacer una derrama para pintar y arreglar. Veremos a ver cómo nos va con esto, pero no hay nada recreativo", dijo el vecino Rubén Gómez. éste agregó que en el esqueleto de Puerta de la Colina, con el que colindan, se pueden esconder maleantes.

En el caso del proyecto Costa Real, una lujosa urbanización en Río Grande, también de Madero, el Banco Bilbao Vizcaya ya radicó una demanda para ejecutarlo por serios problemas en la infraestructura que han causado pérdidas tanto a los residentes como al proyectista.