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  Por el libro
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1 de abril de 2010

La Opinion

Una investigación de la organización sin fines de lucro HealthGrades, que evalúa constantemente la atención médica de hospitales, reveló ayer que casi un millón de pacientes con Medicare han estado en peligro en los centros hospitalarios, y que un 10% de éstos murió a causa de tales descuidos.

Estos datos se revelan en el momento en que entra en vigor este día el recorte del 21% para los médicos que atienden a personas con Medicare —el seguro médico público para adultos mayores—, lo que ocasionaría que casi siete de cada 10 doctores limiten la cantidad de pacientes que atienden, según una encuesta de la Asociación Médica Americana (AMA).

Entre 2006 y 2008, se registraron incidentes que van desde descuidos en procedimientos que requieren anestesia, hasta falta de atención posquirúrgica, según HealthGrades.

El problema más común registrado en pacientes ancianos con Medicare es la falla en atender una situación de emergencia, seguido por infecciones en la sangre, úlceras en la piel por no moverse de la cama y colapsos respiratorios.

Uno de cada 10 pacientes con Medicare que ha enfrentado este tipo de fallas ha muerto y los hospitales han tenido que pagar 8,900 millones de dólares por estos errores.

Rick May, vicepresidente de HealthGrades y coautor del estudio, dijo que este tipo de investigaciones sirven para evaluar la atención hospitalaria e identificar las áreas en las que hay problemas.

"Es desalentador ver cómo los números no han mejorado, de hecho han incrementado ciertos incidentes relacionados con la seguridad del paciente como infecciones posquirúrgicas", manifestó May.

Por su parte, el Centro de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) adoptó una medida para no dañar por el momento a los médicos. Esta agencia federal decidió suspender los pagos de Medicare a los doctores por dos semanas, para darle tiempo a los políticos en Washington a que decidan si reformarán la medida que le recorta el pago en un 21%.

"CMS cree que el Congreso está trabajando para evitar los efectos negativos que ocurrirían a partir del 1 de abril. Consecuentemente, CMS ha instruido a los contratistas que retengan el pago por los servicios médicos (incluyendo servicios de anestesiología) los primeros 10 días laborales de abril", indicó el comunicado de prensa de esta agencia federal.

Al respecto, la Asociación Médica de California (CMA) advirtió ayer que la reducción en el pago por honorarios significaría que los doctores ya no podrían balancear lo que reciben y el gasto de atender a estos pacientes adultos que por lo general necesitan más cuidado.

"Es imposible para los doctores darle certeza a sus pacientes ancianos de que recibirán cuidado si ellos mismos no saben si podrán cubrir sus gastos mensuales", declaró Brennan Cassidy, presidente de CMA.

En California hay 110,000 médicos con licencia para practicar, pero de éstos se estima que sólo 70,000 atienden pacientes. La Asociación Médica de California estima que la mayoría de los doctores que practican, aceptan actualmente a pacientes con Medicare.

El presidente de la AMA, James Rohack, dijo que si el Congreso no rechaza el recorte al pago de los honorarios de los médicos, los ancianos corren el peligro de no tener acceso a consultas o chequeos de salud.

"Los ancianos, militares y sus doctores deben dejarle saber a sus representantes en el Congreso que la decisión que han tomado en Washington tiene consecuencias en el mundo real, y que su inhabilidad para tomar acciones permanentes en temas cruciales es inaceptable", manifestó Rohack.

En California hay seis millones de personas inscritas a Medicare, y dos terceras partes reciben los servicios médicos bajo la modalidad de pago por servicio.

El resto de beneficiarios están inscritos en algún HMO. Estos últimos no serían afectados por los recortes porque el médico recibe el pago a través del HMO y no factura directamente al gobierno federal.

AARP, la organización sin fines de lucro más grande que se dedica a la defensa de los derechos de los adultos mayores de 65 años de edad, concuerda en que este recorte pone en peligro el bienestar de los ancianos.

La forma de funcionamiento de Medicare consiste en que el beneficiario encuentra a un médico que esté dispuesto a atenderlo y a firmar un acuerdo de "asignación" entre el médico y Medicare por los servicios que brindará.

Medicare le pagará al médico o proveedor directamente; mientras que el beneficiario es responsable por el copago o deducible.

Si el anciano tiene pocos ingresos y menos de 4,000 dólares en ahorros, es posible que esté exento de los copagos o deducibles, si califica también para MediCal.