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  Por el libro
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16 de marzo de 2010

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Nueva York, 15 mar (EFE).- El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, señaló hoy que su administración estudiará la manera de devolver el dinero a los clientes estafados por los taxistas que en los dos últimos años les cobraron de más 8,3 millones de dólares.

La Comisión de Taxis y Limusinas (CTL) de la ciudad informó el pasado viernes de esa estafa realizada por miles de taxistas que aplicaron tarifas más altas de las establecidas a los clientes que llevaron durante los últimos dos años.

Bloomberg dijo hoy que ahora la alcaldía de la ciudad está analizando la manera de devolver el dinero a los usuarios que pagaron de más en los trayectos con tarjeta de crédito.

La devolución se podría hacer contrastando los datos proporcionados por el sistema de posicionamiento global (GPS) que llevan los taxis neoyorquinos y los de los medios de pago electrónicos.

Según los datos difundidos el viernes, muchos conductores de taxis aplicaron tarifas incorrectas durante un total de 1,8 millones de desplazamientos, lo que supone una estafa de más de 8,3 millones de dólares.

La agencia municipal, que ha utilizado un sistema de GPS instalado en los taxis en 2008 para estudiar las tarifas que aplican los conductores, detalló que esa cifra supone que se cobraron de media unos 4,45 dólares más de lo necesario.

Según la Comisión de Taxis y Limusinas, la estafa afectó al 0,5% de los 361 millones de viajes habido en los 26 meses estudiados.

La misma organización señaló que fueron unos 36.000 taxistas, el 75% de los conductores de taxis amarillos de la ciudad, los que cobraron de más a sus pasajeros.

Algunos conductores manipularon manualmente el taxímetro para aplicar 80 centavos cada 400 metros en vez de la tarifa estándar de cuarenta centavos en esa distancia, y que sólo se puede aplicar en los condados de Westchester y Nassau, pero no dentro de la ciudad de Nueva York.

La organización indicó que ese engaño fue llevado a cabo por un número reducido de la flota de los famosos taxis amarillos, que cuentan con un total de 13.237 licencias, ya que se ha detectado que unos 3.000 conductores efectuaron el cambio de tarifa manualmente en más de cien ocasiones.

Destaca el caso de uno de los taxistas involucrados que este mismo mes fue acusado de estafar a sus pasajeros un total de 40.000 dólares.

Para luchar contra la aplicación de tarifas abusivas, la comisión municipal aseguró que en un par de semanas instalará un sistema en todos los taxis que emitirá un mensaje de alerta visible en la pantalla de televisión con que ya cuenta la parte trasera de los vehículos cuando se cambie manualmente de tarifa.

El conocimiento de esa estafa ha causado también la indignación, además de los neoyorquinos, a muchos chóferes de taxi de la ciudad, que recuerdan que la mayoría son honestos y que han devuelto todo tipo de objetos perdidos a sus dueños.

Algunos taxistas, como Osman Chowdhury, que en 2007 devolvió a su dueño una bolsa con anillos de diamantes valorados en más de medio millón de dólares, dijo sentirse "avergonzado" por el comportamiento de sus compañeros, según un comunicado de la asociación de taxistas de la ciudad.

"Ahora la gente nos mira como si estuviéramos haciendo algo malo. Todo el mundo piensa ahora en eso y ya nadie se acuerda de las buenas acciones de muchos taxistas", señaló Chowdhury.

La misma página web ha recogido también el enfado de otro taxista conocido en Nueva York, Douglas Guildeniz, que en 2007 se hizo popular por llevar en una carrera a una pareja de jubilados neoyorquinos hasta su nueva casa en el estado de Arizona y que tras la estafa de algunos de sus compañeros opinó que "si quieren ganar más, que trabajen más".

La estafa, además, se ha conocido en un momento en que para reactivar el transporte en taxi, las autoridades municipales han dado el visto bueno para que algunos trayectos puedan realizarse en la modalidad de compartidos en algunas áreas céntricas de Manhattan.