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  Por el libro
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15 de marzo de 2010

La Opinion

Emilio Lacques, de 22 años de edad, es un joven estudiante de sociología y educación, hijo de una madre soltera que gana 32,000 dólares al año. Para cuando se gradúe este año, no sólo habrá recibido Pell Grants y Cal Grants sino habrá incurrido en 30,000 dólares de deuda por préstamos estudiantiles que debe devolver.

Como él, decenas de miles de jóvenes estudiantes universitarios enfrentan el endeudamiento y, al mismo tiempo, la erosión de las becas y los fondos públicos para educación.

Lacques, y una treintena de compañeros suyos de UCLA serán parte de una delegación que irá a Washington el 20 de este mes, a apoyar un cambio propuesto por la Administración Obama y ya aprobado en la Cámara de Representantes: La ley de Reforma para Ayuda Estudiantil SAFRA.

"Nuestro objetivo es que la educación superior sea más accesible y económica. Una forma de hacerlo es quitando del medio a los bancos y recibiendo los préstamos directamente del gobierno", indicó Lacques. "El dinero que produzcan los préstamos será reinvertido en Pell Grants y otro tipo de becas, y en fondos para colegios y universidades de minorías".

Ahora falta que el Senado esté de acuerdo. No ha habido hasta ahora apoyo en la Cámara Alta para este cambio en la ley y ahora se espera que, al igual que la reforma sanitaria, sea aprobado por reconciliación, es decir, como una ley acompañante del presupuesto y por una mayoría simple en el Senado, es decir, 50 votos.

El proyecto HR3221 fue aprobado en septiembre en la Cámara Baja por 253 votos a favor y 171 en contra, sólo 5 republicanos lo apoyaron.

Hoy en día, el 75% de los préstamos estudiantiles los hacen bancos y empresas privadas, pero reciben garantía del gobierno si estos fallan. El interés y las tarifas cobradas, sin embargo, engrosan las ganancias de los bancos. Este es el llamado Family Federal Education Loan Program. (FFLP)

El cambio cesaría el FFLP y todos los préstamos serían dados por el gobierno federal. Las ganancias y ahorros –proyectados por la Oficina de Presupuesto del Congreso en 87,000 millones durante 10 años, serían reinvertidos en becas, instituciones educativas, ayuda para los colegios comunitarios y educación pre escolar.

Angela Peoples, directora legislativa de la Asociación de Estudiantes de los Estados Unidos, dijo que los banqueros están invirtiendo "millones de dólares" en cabildeo contra la medida y en lograr el apoyo de ciertos senadores claves para impedir que se apruebe.

"Si pierden los préstamos estudiantiles perderán mucho más, ya que usan esa relación con los estudiantes para promover muchos más de sus productos, como las tarjetas de crédito y otros", dijo Peoples.

Por el momento, no se sabe lo que ocurrirá en el Senado, pero hay quienes consideran a ésta como una propuesta "mata trabajos" y que eliminará la competencia que supuestamente genera un mercado más saludable. Le han llamado, igual que a la reforma de salud "una toma gubernamental" del sector o la socialización de los préstamos. Pero muchos colegios y universidades, anticipando el cambio, ya están aumentando su uso del Programa de Préstamo Directo del gobierno que hasta ahora manejaba un 26% de los préstamos estudiantiles y los bancos, por su parte, han comenzado a bajar los intereses, para intentar ofrecer una mejor opción.

"Los bancos dicen que se perderán empleos", señala Jane Hamsher, creadora del popular blog político Firedoglake, que acaba de lanzar una campaña a favor de la medida. "Se trata quizás de las personas que contratan para manejar los préstamos y cobrar las altas tarifas que pagan los estudiantes. Pero ese dinero no debería ir a los bolsillos de los bancos sino a los estudiantes y a la educación. Hay que balancear las cosas".

De aprobarse la medida, un mínimo de 4,000 millones de dólares para educación vendrán a California en 2011 y aumentará la cantidad de cada Pell Grant durante los próximos años, incluyendo aumentos anuales por inflación, revirtiendo una tendencia a la disminución en los últimos años.