28 de febrero de 2010
El Nuevo Dia
Los fallos en el servicio de energía eléctrica se han convertido en algo tan común en Puerto Rico que mucha gente está acostumbrada a que en algún momento del día o de la semana ocurra una interrupción que lo dejará sin luz y lo obligará a esperar a que se restablezca el servicio. Otros no soportan esperar y deciden llamar a la Autoridad de Energía Eléctrica y de pronto descubren que no son los únicos en el valle de la oscuridad. Tan reciente como el fin de semana pasado, dos subestaciones eléctricas, una en Río Piedras y otra en Bayamón, estallaron y dejaron sin servicio a 34,000 abonados. La explosión de Bayamón también causó una avería en la planta de filtración La Plata que dejó a 500,000 hogares sin servicio de agua en nueve pueblos. Todavía ayer permanecían sin servicio. Para ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), cerca de 15,000 abonados de la AEE sufren alguna interrupción del servicio diariamente. "Cuando hay mal tiempo, mucha lluvia con viento, esa cifra aumenta y puede en ocasiones llegar a 80,000 abonados sin servicio. La mayoría de las interrupciones obedecen a la falta de mantenimiento adecuado en la infraestructura del sistema", sentenció Figueroa Jaramillo. El director ejecutivo de la AEE, Miguel Cordero, no estuvo disponible para responder a los señalamientos del dirigente sindical y aunque El Nuevo Día le solicitó un informe de las interrupciones de servicio, la AEE no suministró esa información. La corporación pública envió un informe que señala las tareas de mantenimiento realizadas entre el 2009 y el 2010. En el 2009 se realizaron 30 proyectos en la infraestructura por $79.9 millones y 579 reparaciones por $86.3 millones. Además, se efectuaron 22 mejoras en las plantas generatrices por valor de $116.8 millones y se sustituyeron 2,307 postes de distribución, 115 postes de transmisión, 1,140 podas de árboles que afectaban líneas de distribución y 624 que afectaban líneas de transmisión. El informe no establece una comparación con años anteriores, lo que permitiría conocer si hubo avances o retrocesos. labor con menos gente El líder sindical denunció que la falta de mantenimiento es un mal endémico en la AEE que se ha manifestado con fuerza a partir de 1990, cuando la corporación pública redujo el reclutamiento de nuevos empleados. "Hace 10 años la UTIER tenía 7,000 miembros. Ahora somos 4,794. La gran mayoría de los cerca de 2,200 empleados que faltan se dedicaban a tareas de mantenimiento", dijo Figueroa Jaramillo. Aseguró que la mayor falla en el mantenimiento se registra en las subestaciones eléctricas y en las líneas de distribución. Indicó que actualmente hay cerca de 100 empleados para darle mantenimiento a las 344 subestaciones de la AEE, lo que representa una merma del 50% de la plantilla que realizaba esas tareas diez años atrás. "Esos empleados tienen que cambiar los transformadores dañados y purificar el aceite que tienen dentro para que no se calienten. También deben velar que los gabinetes de metal no estén afectados por la corrosión. En la AEE no se está dando mantenimiento preventivo. Lo que se hace es reaccionar cuando hay una avería", insistió. Indicó que actualmente hay 35 hay técnicos especializados en los sistemas llamados "reles", que son unos interruptores que protegen las subestaciones de los cambios de voltaje. "Antes había el doble de esos técnicos. Si hay un "reles" malo y no se cambia hay el peligro de que ocurran fuegos y explosiones en las subestaciones. Los incidentes del pasado sábado en Bayamón y Río Piedras fueron por falta de mantenimiento", señaló Jaramillo. Indicios de deterioro Por su parte, el economista José Antonio Herrero, quien ha realizado estudios sobre la AEE para el gobierno y la UTIER, señaló que la corporación pública muestra señales de deterioro debido la falta de recursos para reponer equipos, rehabilitar la infraestructura y las plantas generatrices. Añadió que "los numerosos subsidios (que ascienden a $72 millones anuales, según la AEE) aprobados por criterios políticos en la Legislatura han ido secando los ingresos que necesita la empresa para mejorarse". El economista dijo que dentro de la administración de Luis Fortuño la AEE tiene elementos que favorecen la privatización, lo que ha creado una atmósfera de incertidumbre en la empresa pública. "Aún así es la mejor empresa de Puerto Rico tanto en tecnología y equipo", opinó Herrero. El presidente de Colegio de Ingenieros y Agrimensores, Miguel Torres Díaz, favoreció la privatización de la AEE y abogó por que se acondicione la infraestructura ante la posibilidad de que en futuro haya más plantas generadoras privadas. "Esas plantas usarán la infraestructura de la AEE o del ente que se establezca. Hay que garantizar ingresos para que ese organismo pueda darle mantenimiento a la infraestructura". Figueroa Jaramillo sostuvo que muchas interrupciones de servicio ocurren por la falta de mantenimiento en el sistema de distribución, tarea que incluye sustituir postes averiados o sus componentes, como los maderos que sujetan los cables eléctricos y los "aisladores" que son aros que los mantienen separados. Explicó que estas tareas recaen sobre los celadores de líneas, que actualmente ascienden a 600. "Antes había 1,200 celadores de líneas. Esas tareas no se realizan con regularidad por la falta de personal. Por esa razón hay más de 2,000 quejas de los abonados para cambios de postes que nunca se hacen", señaló. Sentenció que la AEE ha fallado en sustituir cables soterrados de más de 30 años y sólo hay 420 podadores para la poda de árboles. "Antes había cerca de 900 podadores", advirtió el líder de la UTIER. También denunció un supuesto patrón de discrimen en la atención de las querellas debido a que los sectores de alto ingreso y de áreas donde residen legisladores se atienden con premura. "Las querellas de las zonas rurales se atienden cuando se pueda. Por eso el barrio La Gloria de Trujillo Alto estuvo dos días sin luz esta semana y la AEE no mandó una brigada hasta que me enteré y di la voz de alerta", dijo Figueroa Jaramillo.