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  Por el libro
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8 de febrero de 2010

El Nuevo Dia

Francis Avilés decidió relegar su labor como profesor universitario y dedicarle más tiempo al negocio de Casas de Empeño y al presente tiene dos: uno en Aguada y otro en Mayagüez y su caso no es aislado.

Según expertos entrevistados, el negocio de las casas de empeño ha proliferado en los últimos años debido a que son un recurso para obtener dinero rápido para los agobiados consumidores. Su escalada coincide con el recrudecimiento de la recesión criolla que inició en el 2006.

La Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF) dijo que al cierre del año fiscal 2009, había 247 negocios con licencia. De estas licencias, 99 se solicitaron entre año fiscal 2008 y 2009.

Según las estadísticas del OCIF. El año 2008, las casas de empeño registraron 292,056 préstamos, un alza de un 25% en comparación con el 2007, cuando registraron 233,339 préstamos. Esas transacciones significaron en dinero en 2008, unos $26,050,769. En el 2007 alcanzaron un volumen de $19,748,439.

El comisionado de Instituciones Financieras, Alfredo Padilla, opinó que el alza en la cantidad de casas de empeño se puede atribuir "al ciclo económico" difícil.

"La economía está mala, muchas personas necesitan dinero rápido, y los bancos han puesto difícil los requisitos para otorgar préstamos, debido al alto número de quiebras y la gran cantidad de préstamos tirados a pérdida", dijo Avilés.

Agregó que en las casas de empeño no se les pide a los clientes referencias de crédito, sino una prenda como garantía, lo que facilita la transacción.

"Nosotros somos la única y verdadera fuente de microfinanciamiento", dijo Manuel Báez, de las Casas de Empeño Monte Piedad. Dijo que el promedio de los préstamos que es de $140 por transacción, aunque ha conferido préstamos por $10 y $20 para personas que se quedaron cortos de gasolina o no tienen dinero para pagar el almuerzo.

"Aquí llegan desde viejitos que empeñan su cadenita en lo que les llega el cheque del Seguro Social, hasta personas que se han quedado sin trabajo", dijo Mirna Ortiz, dueña de la Casa de Empeño Paodani, en Carolina. Ella dejó su trabajo como oficial de préstamos de un banco, para montar su negocio.

Por su parte Avilés, dueño de Western Casa de Empeño, dijo que ha recibido camiones como prenda de contratistas de la construcción que necesitan dinero para pagar una nómina en lo que les pagan una fase del proyecto.

La isla establece récords

La cadena de casas de empeño La Familia, aspira a abrir por lo menos 55 tiendas a través de la Isla durante los próximos cuatro años, aunque este año ya tiene una operando y dos a punto de abrir en Hato Tejas, Bayamón y en la Avenida Campo Rico, en Carolina, dijo su representante Andrés González.

González, que trabajó en tiendas de la cadena en Estados Unidos, dijo que las transacciones registradas en la apertura de su tienda en el Victory Shopping Center rompió récords comparándolas con otros locales de Estados.

Boricuas no pierden empeños

Iris Jiménez, comisionada auxiliar del OCIF, dijo que utilizando el Informe de Empeños no Redimidos hasta el 2008 el 80% de los empeños son redimidos por sus dueños, que prefieren pagar el interés de entre el 5% al 20%, a perder su objeto empeñado.

Pero Báez indicó que últimamente se ha encontrado con que en casos de prendas de oro empeñadas la recuperación por parte del cliente ha bajado.

La funcionaria opinó que esto pudiera obedecer a que se les está dando a los clientes un valor superior por la prenda al que pagaron originalmente por ella. Por ejemplo, la semana pasada el valor del oro por onza estaba en $1,1,27 y en diciembre de 2001 era $273 la onza.

Robos y bajo mundo

"En el pasado la opinión de las casas de empeño era mala ya que la gente las asociaba con el bajo mundo, pero ahora la clientela ha cambiado grandemente, vienen personas de todas las clases sociales", dijo Avilés. El comisionado dijo que "en general habían tenido una mala imagen, pero ahora se le está dando otro enfoque que es un negocio que da un servicio útil a la comunidad".

Para atajar el estigma de que las casas de empeño están vinculadas al bajo mundo, estos empresarios toman medidas para asegurar la limpieza de la transacción. Family exige huellas digitales del cliente, mientras que Western exige identificación con foto, y mantiene los datos de la persona en todo momento para facilitarlos en caso de alguna investigación policial.

Josué Carrión, representante de J.C. Jeweler’s, que hace negocios como Oro Centro, dijo que el problema con los objetos hurtados es que la mayor parte de las veces se trata de familiares, vecinos o conocidos del perjudicado y "éste no quiere hacerle daño" llevando el caso a los tribunales por lo que paga por la mercancía para recuperarla.

Sin embargo, Carrión dijo que de aquellos casos que culminan en los tribunales se logran convicciones en un 95% de éstos.

"No prestamos ni compramos a nadie si tenemos sospecha que su prenda es hurtada", concluyó Carrión. Dijo que está pendiente en la Legislatura un proyecto para mantener copia de la foto de todo cliente en el expediente de la transacción.

Para disponer de la mercancía que no es reclamada, algunos como Western recurren a colocarla en páginas on line para la venta tipo subasta, pero también recurren a la venta directa, como es el caso de Family.