28 de enero de 2010
El Nuevo Herald
NUEVA YORK -- Las distribuidoras Toyota en todo el país se vieron inundadas el miércoles de llamadas telefónicas de conductores preocupados, pero tenían pocas respuestas que darles al día siguiente que la compañía anunció que dejaría de vender y fabricar ocho modelos debido a problemas en el acelerador. Toyota insistió en que la falla -una repentina aceleración descontrolada- era "rara e infrecuente" y dijo que las distribuidoras deberían atender a los clientes "caso por caso". Pero los conductores de vehículos de esta marca y los que comparten los caminos con ellos quedaron inmersos en la incertidumbre. En una maniobra sin precedentes, la compañía dijo el martes por la noche que suspendería la venta de ocho modelos -que juntos representan más de la mitad del volumen de ventas de la marca en Estados Unidos- para reparar los pedales del acelerador. La semana pasada Toyota difundió una advertencia a los propietarios de esos modelos para que lleven sus vehículos a los distribuidores a fin de arreglar el desperfecto, lo que afecta a unas 2,3 millones de unidades. Una firma privada dijo que había identificado 275 accidentes y 18 fallecimientos debido a una aceleración repentina e incontrolable en vehículos Toyota desde 1999. En North Palm Beach, Florida, Clare Roden se presentó en una distribuidora de la marca, preocupada por el Camry 2010 que adquirió recientemente. Se sintió aliviada cuando le dijeron que su acelerador no es una pieza que esté dando problemas. "No quería salir a la carretera interestatal 95 porque de todas formas la gente no maneja en forma muy segura allí", dijo Roden mientras esperaba en el vestíbulo de la agencia a que los mecánicos terminaran de verificar su auto. "Quería traerlo aquí lo antes posible". El propietario de la distribuidora, Earl Stewart, dijo que aproximadamente la mitad de sus vehículos han sido afectados por la advertencia de Toyota a los clientes, un duro golpe al negocio. Indicó que los consumidores han estado llegado en gran número con preocupaciones sobre el acelerador de todos los modelos. A algunos les prestó otro vehículo para que se lo llevaran a su casa. "Están muy asustados", dijo. "A muchas personas les preocupa que su acelerador se vaya a quedar pegado y se vean involucradas en un accidente". En la distribuidora Walser Toyota en Bloomington, Minnesota, el propietario Doug Sprinthall recibió llamadas todo el miércoles de parte de personas que querían saber si los automóviles que alguna vez pensaron eran confiables habían sido afectados por la orden de Toyota de congelar las ventas. No tenía mucha información para darles. "En este caso tenemos que actuar rápido (para acatar la orden de la automotriz) y luego esperar", afirmó. "Tenemos mucha fe en Toyota. Son una buena compañía. Estas cosas no son algo nuevo... Lo que es diferente en torno a esto es que son muchos vehículos". Toyota ha dicho que el problema parece estar relacionado con la acumulación de condensación en superficies deslizantes del sistema del acelerador que ayudan a los conductores a apretar o soltar el pedal. El mecanismo de éste puede desgastarse, provocando que el acelerador se endurezca, regrese con más lentitud a su posición original o se quede pegado. Expertos externos en cuestiones de seguridad dice que también podría tener algo que ver con los complicados sensores electrónicos que transmiten el mensaje desde el pedal del acelerador al motor, el diseño y la ubicación del sistema de sensores y la carencia de un mecanismo que desactive la presión del pedal en caso de falla. Para incrementar los problemas de Toyota, el fabricante dijo el miércoles por la noche que retirará otros 1,09 millones de vehículos en Estados Unidos debido al riesgo de que los tapetes en el piso interfieran con los pedales del acelerador. La empresa ya ha retirado 4,26 millones de vehículos en Estados Unidos por los problemas con los tapetes.