21 de enero de 2010
La Opinion
WASHINGTON(EFE).- Las familias hispanas confían sus necesidades básicas diarias, como comprar comida o ir al médico, al uso de tarjetas de crédito para poder sobrevivir a las incertidumbres de la crisis económica y la inestabilidad laboral. Así se desprende del informe "Survival Spending: The Role of Credit Cards in Hispanic Households", realizado por el Consejo Nacional de La Raza (NCLR) para analizar el comportamiento de los latinos en el uso de las tarjetas de crédito. Según esta investigación, los hispanos tienden a reorganizar las formas de pago de sus gastos frente a la inestabilidad laboral y económica. Para ello, eligen utilizar sus tarjetas de crédito para cubrir las necesidades diarias entre los pagos de sus nóminas, y para incidentes imprevistos. Esta dependencia al crédito para la supervivencia es, según la presidenta de NCLR, Janet Murguía, "la única manera de seguir poniendo comida sobre la mesa o cubrir visitas inesperadas al médico (para los hispanos)". Así, cada vez más preocupadas por llegar a fin de mes, las familias hispanas han aprendido de sus allegados y amigos que es necesario construir "un historial sólido de crédito" para afianzar su estabilidad financiera, según las entrevistas llevadas a cabo en grupos de discusión en los que se basa el informe. Sin embargo, aunque más latinos recurren a las tarjetas de crédito como herramienta cotidiana de financiación, estos "no son siempre conscientes de sus consecuencias potencialmente negativas", según el informe. La mayoría de los encuestados sufre el aumento de intereses y deudas, y se quejan de la desinformación, las cláusulas de la letra pequeña de los contratos, la dificultad de entender la terminología financiera o el aumento de los intereses. Según esto, niveles altos de deuda, excesos en los límites de su créditos o cancelaciones de sus cuentas al poco tiempo de abrirlas suponen una puntuación negativa en las estimaciones de sus historiales para acceder a posteriores créditos. En opinión de Murguía, las autoridades deberían desarrollar nuevas propuestas para poder ofrecer créditos asequibles a esta comunidad y para que "en lugar de conducir a familias a una deuda cíclica, las ponga en el camino hacia la clase media". La NCLR pidió también a políticos e instituciones crediticias más opciones para la comunidad hispana con precios justos y condiciones más transparentes y accesibles. Otras recomendaciones apuntan a un mejor asesoramiento a los usuarios sobre cómo utilizar las tarjetas o expandir la tecnología para introducir opciones de pago más innovadoras.