15 de enero de 2010
Consumer.es
Se venden más ultraportátiles que iPhone, el popular teléfono de Apple. Así lo determinan las estadísticas del tercer trimestre de 2008 de Gartner y DisplaySearch. El fenómeno que empezó como una apuesta de unas cuantas marcas, como Asus o Acer, se ha trasladado a la mayor parte de fabricantes de portátiles, que producen ahora sus propios modelos ante este éxito comercial. En paralelo al crecimiento de la demanda de ultraportátiles, estos ordenadores han aumentado su tamaño. Como muestra, el Asus EEE PC, uno de los pioneros en el exitoso segmento, se comercializó en un principio con una pantalla de 7 pulgadas. Ahora, además de este formato, también dispone de modelos con 9, 10 y hasta 11,6 pulgadas. Este incremento lo han adoptado también otras marcas. La razón es que siete pulgadas es un tamaño que resulta idóneo para viajar, pero se queda corto si se desea utilizar durante varias horas seguidas. Conforme aumentan las dimensiones de la pantalla, se incrementan las del equipo porque el teclado se ajusta a este elemento. Se gana en comodidad, pero se pierde en portabilidad. La batería se prolonga Un ordenador adquiere el calificativo de portátil en función de la autonomía que proporcione su batería. El año pasado, los modelos oscilaban entre las dos y las cuatro horas de uso ininterrumpido. En estos momentos, en el mercado se pueden encontrar equipos con los que trabajar más de ocho horas seguidas, un tiempo suficiente para que se utilice en desplazamientos largos en tren o en avión. Este avance se ha conseguido mediante baterías con más celdas y, por tanto, con más autonomía. Marcas como MSI, LG o Toshiba han lanzado durante este año modelos con nueve celdas que aseguran entre nueve y doce horas de autonomía. Es previsible que este tipo de baterías se extiendan a las demás marcas. Una nueva gama, más cara El precio de los ultraportátiles también ha aumentado, acompasado con las pantallas más grandes y con mejores componentes. Se da la paradoja de que antes del "boom" de los netbooks, estos ya se vendían en el mercado a precios superiores a los 1.400 euros. Su carestía los había dirigido a un nicho de mercado muy pequeño. Tras el éxito comercial, se mantienen los ultraportátiles baratos, entre 200 y 300 euros y con un uso tan completo como los diseños pioneros, porque se basan todavía en aplicaciones web y se equipan con los programas fundamentales para cualquier usuario medio. Esta oferta ha provocado que los portátiles convencionales, que han reducido su cuota de mercado, también se abaraten, sobre todo en Estados Unidos, donde se han lanzado ofertas de 131 euros por un HP básico. A pesar de todo, ha surgido una nueva gama de precios, entre 400 y 600 euros, en la que diversos fabricantes optan por dotar de mayor calidad y prestaciones a sus equipos, con pantallas más grandes, mayor velocidad del procesador y una capacidad superior para albergar datos en sus discos duros. En este segmento se encuentra un modelo dentro de la gama HP Mini 5101, con un disco duro de hasta 250 gigabytes, pantalla de 10,1 pulgadas y Windows 7 Starter, o el Toshiba NB200-12P, también con pantalla de 10,1 pulgadas y cuya autonomía supera las nueve horas, según sus datos. De Linux a Windows Otro de los cambios acontecidos en este tiempo ha afectado al sistema operativo. A pesar de que las distribuciones de Linux que los fabricantes adaptan a sus dispositivos funcionan sin problemas y con todas las prestaciones, estos distribuyen también ultraportátiles equipados con Windows XP, que funciona bien en estos aparatos. La menor potencia de hardware de los equipos resta importancia a la veteranía de esta versión de Windows. Microsoft se ha volcado con este segmento para no descuidar su dominio en el mercado y ha rebajado el precio de sus licencias a cambio de que los equipos no superen una memoria RAM de un gigabyte. Además, a diferencia de Vista, Windows 7 dispone de una versión especial, denominada Starter, adaptada a las características de estos dispositivos. El principal inconveniente de la versión es el límite que establece al no permitir que se abran más de tres programas a la vez. Competición por entrar en la nube Las novedades se suceden en el mundo de los ultraportátiles. Entre ellas destaca la entrada de nuevas distribuciones de Linux adaptadas a las características de estos ordenadores. Por basarse en el sistema operativo libre por antonomasia, todos disponen de un repositorio de programas gratuitos cada vez mayor, con buques insignias como Firefox, Open Office o el editor de imágenes GIMP. Desde que estos equipos se configuraron como alternativas baratas y transportables, se han distinguido por situar enlaces directos en el escritorio a aplicaciones web. De esta manera, el manejo se realiza más en el servidor que en el lado del usuario, con lo que la máquina no tiene por qué ser muy potente. ésta es una de las razones por las que Google, uno de los principales impulsores de las aplicaciones web, se prepara para distribuir en el segundo semestre de 2010 su propio sistema operativo, el Google Chrome OS. Para ello, trabaja con varios de los principales fabricantes de ultraportátiles, que incluirán este sistema operativo en algunos de sus equipos, aunque se podrá descargar de forma gratuita y usar en cualquier PC. Se basa en Linux y ya ha liberado el código fuente del sistema. Los usuarios más avanzados pueden probar la base sobre la que trabaja Google, que prima aplicaciones web de su propiedad, como Docs, Picasa, Calendar, Reader, YouTube o Gmail, manejadas desde su navegador Chrome. De momento, destaca una limitación: el usuario no puede instalar aplicaciones en el ordenador, todo tiene que ser en web. Ubuntu y Jolicloud Ubuntu, la distribución que se ha ganado a los usuarios domésticos de Linux, también ha lanzado una versión adaptada a las características de estos equipos, la Netbook Remix, que transporta la usabilidad característica del Ubuntu de escritorio al formato de los ultraportátiles, con un entorno adaptado al tamaño más reducido de la pantalla. Jolicloud, que se basa en el trabajo de Debian y Ubuntu, introduce interesantes novedades, como la sincronización de las aplicaciones a través de sus servidores, de forma que se puedan manejar varios ordenadores que tengan actualizados los datos del usuario. Otra novedad es que intente instalarse como segundo sistema operativo, al estilo de lo que ha hecho Linux en los ordenadores convencionales. De esta manera, el usuario no necesita desinstalar el Windows de su ultraportátil y gana en comodidad. Este enfoque se confirma con la presencia de Wine, un programa que permite que aplicaciones diseñadas para Windows funcionen en Linux sin problemas. Además, tiene un componente social. Los usuarios del sistema operativo tienen accesos directos a sitios como Facebook o Twitter, entre otros, y se pueden añadir como amigos entre sí y comprobar qué software instala otra persona, presentado como si fuera la página de noticias de Facebook. La apuesta por el factor social es común a Moblin, que agrupa este tipo de información del usuario en un escritorio que se comporta como página de inicio de todas las redes sociales, con datos obtenidos de Twitter y Last.fm combinados con la agenda personal del usuario. Este sistema operativo funciona en ultraportátiles con el procesador Intel Atom. Nokia irrumpe en este segmento Por sus características, los ultraportátiles resultan muy atractivos para acceder a las redes de datos de las operadoras de telefonía móvil mientras las personas viajan. Por este motivo, los fabricantes de ordenadores, habituales surtidores de estos equipos, intentan que sean compatibles con los principales módem USB 3G. Las propias operadoras han apostado por varios modelos de ultraportátiles y los han integrado en su sistema de distribución de terminales. Estos aparatos se venden a precios más económicos, a cambio de que el usuario firme un contrato de permanencia con tarifa plana de datos por un tiempo suficiente para compensar la diferencia de coste. Nokia, uno de los principales fabricantes de teléfonos móviles, ha decidido fabricar un ultraportátil, el Booklet, que funciona con Windows 7, en la versión limitada Starter o en la Home. Tiene un módem 3G integrado que alcanza velocidades de hasta 7,2 megabits por segundo en descarga, una pantalla de 10,1 pulgadas y promete hasta 12 horas de autonomía en uso con la batería. Este hecho demuestra que tal segmento del mercado puede tener protagonistas diferentes a los fabricantes de ordenadores tradicionales. Incluso los fabricantes de lectores de libros electrónicos, como Amazon o Papyre, podrían aumentar las prestaciones de sus equipos para equipararse en algunos aspectos a los ultraportátiles y constituir otra opción para los usuarios.