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  Por el libro
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13 de enero de 2010

Consumer.es

Este formato se mantiene como el estándar de facto para la música digital, a pesar de que otros lo superan en calidad

El MPEG-1 Layer 3, conocido como MP3, es el sinónimo de la música en Internet. Entre otras cosas, su éxito se debe a que fue el primer formato de compresión de archivos de sonido que se popularizó. Pero esta función, que elimina las partes no audibles por el ser humano para lograr un tamaño menor, se ha mejorado con otros formatos como WMA de Windows, AAC, usado por Apple en su tienda iTunes, u Ogg Vorbis, de código libre. A pesar de todo, el MP3 resiste como el formato preferido tanto en las tiendas de descarga como en las redes de intercambio de música. ¿Cuál es la razón de su popularidad?

El MP3 es un veterano en la informática personal. Varios grupos de investigadores que formaban parte del "Moving Picture Experts Group", MPEG, lo crearon a principios de los años noventa. Entre ellos, destacaban la compañía Thomson y el Instituto Fraunhofer, implicados en la fabricación de electrodomésticos; sin embargo, el primer reproductor que pudo usar MP3 no llegó hasta 1995.

El MP3 fue uno de los formatos pioneros, pero no se ha mejorado con el paso de los años

En este formato se considera que una canción codificada a una tasa constante de 128 bits por segundo (kbps) consigue una calidad equivalente a la de un CD. Conforme se aumenta este parámetro (el máximo es 320 kbps), se percibe una mejora de la nitidez y profundidad del sonido, a costa de que el archivo resultante ocupe un espacio mayor, algo que pierde importancia por la mejora de las conexiones y la capacidad de los discos duros.

Quien codifica una canción en MP3 también dispone de la opción de crear un archivo con una tasa de bits variable. En este caso, se detectan las partes de la composición más complejas de manera automática y se eleva la tasa de bits por segundo; lo contrario ocurre en las partes más sencillas: cuando sólo suena un instrumento o en pausas sin música. El usuario puede decidir el ajuste, en una escala del 10 al 100, que otorga la máxima calidad y, por ende, crea archivos más grandes.

Pierde en calidad del sonido

El MP3 fue uno de los formatos pioneros, pero no se ha mejorado con el paso de los años. Esto ha permitido a otros desarrolladores realizar formatos con diversas mejoras y que logran más calidad de sonido. AAC, el formato de compresión que usa Apple para la venta de sus canciones en la tienda iTunes Music Store, el formato de código libre Ogg Vorbis y el estándar de Windows Media WMA consiguen, con los equipos de reproducción adecuados, mejor calidad que el MP3. Esto sucede siempre y cuando la calidad de las conexiones sea óptima.

El MP4 reproduce en realidad MP3 y es incompatible con el "MPEG 4- Parte 14"

Respecto al término MP4 que se publicita en algunos equipos de música, aunque sugiere que es mejor que el estándar 3, los equipos reproducen en realidad MP3 y son incompatibles con el "MPEG 4- Parte 14", que utiliza la extensión .mp4 y es un formato contenedor multimedia que puede albergar en su interior vídeo, audio o texto.

El más popular

Superado por varios estándares más modernos, el MP3 sigue muy vigente entre los aficionados a la música en Internet. Los fabricantes de reproductores portátiles y teléfonos móviles tienen en cuenta la preeminencia de este formato en la Red y en las redes P2P, e incluyen los códecs necesarios para reproducirlo en sus equipos, aunque algunos además añadan WMA, AAC u OGG Vorbis. Varias tiendas de descarga de canciones apuestan por este formato, Emusic entre ellas.

Para la mayoría de los usuarios, MP3 es sinónimo de "música digital"

Una de las razones del predominio del MP3 es que su aparición coincidió con la popularización de Internet y, por tanto, ha sido un símbolo abanderado de la revolución digital. De esta forma, para los oídos profanos (los de la mayoría de los usuarios), MP3 es sinónimo de "música digital".

Pero una razón todavía más poderosa radica en que el MP3 no se diseñó para contener DRM (sistemas de gestión de derechos digitales o anticopia). Otros formatos de compresión, como el AAC o el WMA, abren la puerta para este tipo de programas incrustados en las canciones, que limitan el uso que se les puede dar.

Los sistemas anticopia pueden reducir el número de dispositivos en los que se reproducen las canciones o determinar si se pueden grabar en un CD, aunque el usuario haya adquirido los temas en una de las numerosas tiendas de descarga que pueblan la Red bajo la suposición de que tiene plenos derechos sobre ellos.

La razón de su popularidad radica en que el MP3 no se diseñó para contener sistemas anticopia

Por el contrario, el MP3 carece de estas trabas. El usuario puede mandar el archivo a sus amigos y familiares, convertirlo en una pista de audio de un CD, editarlo para crear tonos para su móvil, remezclarlo, etc. De ahí su éxito en las redes de intercambio P2P.

Es un hecho que iTunes Music Store, la tienda propiedad de Apple y líder de descargas en Internet, ha optado, tras comprobar sus desventajas, por quitar los DRM de la mayor parte de su catálogo, que se vende en el formato AAC. Incluso su poderoso reproductor de escritorio iTunes, que no aceptaba en sus primeras versiones la compresión a MP3 de las canciones grabadas de los CD, tuvo que incluirlo al final dada su popularidad.

Sin embargo, que el MP3 no tenga DRM para los usuarios no significa que sea un formato gratuito, puesto que las empresas que lo integran en sus equipos deben pagar una tasa a sus creadores. Por este motivo, cuando un usuario compra un aparato capaz de reproducir MP3, debe saber que parte del precio del mismo se debe a la tasa por usar este estándar.

FLAC, ¿el MP3 de la fibra óptica?

FLAC es un formato de compresión de sonido, que reduce el tamaño del archivo sin afectar a la calidad del sonido. Los archivos generados son mucho más pesados que los del MP3. Una canción codificada en FLAC puede ocupar más de 20 megabytes por 4 megabytes del MP3. Sin embargo, hoy en día, 20 megabytes pueden convertirse en un tamaño muy asequible y con envíos instantáneos si se extienden los accesos por fibra óptica hasta el hogar

En Portugal, y en breve en Alemania, estos accesos alcanzan velocidades de hasta un gigabyte, tanto en sentido ascendente como descendente. De esta manera, la fibra no sólo serviría para ver vídeos en alta definición, sino también para disfrutar de música comprimida con la misma calidad que la grabación original.