11 de enero de 2010
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(AP) - El estadounidense David Becker estuvo desempleado por casi un año y sintió mucho alivio cuando halló un nuevo trabajo en el sector de la tecnología informática a mediados del año pasado, pero no sólo tuvo que mudar a su familia de Wisconsin a Nevada sino que se vio obligado a aceptar un sueldo de unos 25.000 dólares anuales menos. Se trata de una sombría realidad en el proceso de recuperación económica: Mientras comienzan a surgir empleos nuevos, por lo general son de menor paga. En las cifras del gobierno, un empleo es uno más y eso es suficiente para indicar un repunte económico, pero para la gente que solía ganar 60.000 dólares anuales, un nuevo empleo de 40.000 dólares significa menos gasto y contribuye menos a la recuperación. "En la mayoría de los casos, significa una expansión tenue, pero segura", destacó Marisa Di Natale, directora de Moody's Economy.com. Aún peor para los afectados, los recién contratados con salarios más bajos en un mercado escaso por lo general retroceden en su nivel de ingreso con respecto a sus colegas y les toma años recuperarse, algunas veces décadas. Por ejemplo, los trabajadores despedidos durante la recesión de 1981-1982 perdieron un 20% de su ingreso en comparación con quienes se quedaron en sus empleos, inclusive 20 años después que volvieron a conseguir trabajo, según un estudio realizado por la Universidad de Columbia. El estudio examinó los sueldos de empleados y obreros, gerentes y trabajadores a destajo. Eso significa que unos cuantos meses de desempleo podrían perjudicar durante años a trabajadores como Jessica Moore, de 34 años. No resulta sorprendente que los empleadores quieran pagar menos por estos días. Sus propios negocios han sido afectados por la recesión. Muchos dependen del gasto del consumidor, que sigue siendo escaso. Los primeros trabajos en emerger de una recesión por lo general no son los bien pagados, aseguró Till Marco von Wachter, un catedrático de Economía de la Universidad de Columbia. Las empresas tardan en hacer contrataciones de puestos con buenos sueldos hasta que tengan confianza en que la recuperación se mantendrá estable, agregó. Por ello, mientras los desempleados compiten por unas cuantas vacantes disponibles, los empleadores no parecen tener apuro en aumentar los sueldos. Más de seis personas pugnan por obtener una vacante según el Departamento del Trabajo, con respecto al 1,7 trabajadores por cada puesto que se ofrecían en diciembre de 2007. John Irons, director de investigación y política del Instituto de Política Económica de Washington, dijo que mientras millones de desempleados aceptan sueldos más bajos para los nuevos empleos, las reducciones salariales colectivas impedirán el crecimiento de los ingresos durante los próximos años. El ajuste inflacionario por hora de trabajo subió durante 2008, pero alcanzó un máximo promedio de 8,65 dólares en mayo para los empleados a destajo no administrativos, si se mide en dólares comparables de 1982, según datos ajustados a la inflación del Departamento del Trabajo (Sin ajustar al efecto de la inflación, el promedio era de 18,53 dólares). Desde entonces, los salarios ajustados a la inflación han bajado en 1,3% a un cálculo de 8,54 dólares.