7 de diciembre de 2009
La Opinion
A lo largo de los últimos meses, cientos de miles de personas han recibido ofertas para modificar sus hipotecas, pero muchos no entienden claramente cómo funciona este proceso. Si ese es tu caso, podrías estar dejando de lado una gran oportunidad para no perder tu vivienda, o en caso de que no califiques, que busques otra solución para resolver tu problema de pago de la propiedad. Si solicitas una modificación y llegas a un acuerdo con el banco en el interés que te cobrarán y por cuánto tiempo, tienes que demostrar en un documento llamado Hardship Affidavit —el cual puedes bajar del sitio makinghomeaffordable.gov— que en estos momentos te es imposible seguir pagando tu propiedad. Al señalar la razón que no te permite seguir haciendo tus pagos actuales, debes explicar en detalle la situación y probablemente tendrás que presentar pruebas para respaldar lo que dices. Desempleo, menos horas de trabajo, reducción en tu salario o hasta menores ingresos en tu negocio podrían resultar en una modificación de hipoteca. Si te ha nacido un hijo o tienes que cuidar a personas mayores y por ese motivo no puedes salir a trabajar, también podrías calificar. El aumento de tus gastos mensuales, un exceso de deudas de crédito, pérdidas por desastres naturales o aumentos en los impuestos de bienes raíces, podrían ser motivo de una modificación, así como la reducción de tus inversiones, aunque no se incluyen cuentas de retiro como IRA o 401(k). Si por fin el banco acepta modificar tu hipoteca, podrás mantener tu préstamo actual, pero tus pagos se reducirían a un 31% de tu ingreso preimpuestos. Teniendo en cuenta que el interés mínimo permitido por ley es el 2%, calcula a cuánto te tendría que bajar el interés de tu préstamo para que tus pagos no excedan esa cantidad. La mayoría de los propietarios en estos casos volverían a tener pagos más altos al cabo de cinco años, pues luego de ese tiempo el gobierno permite que el prestamista suba su tasa de interés en 1% por año hasta que la tasa esté cercana a la que había en el mercado hipotecario durante la semana en que la modificación fue aprobada. Para poder acogerte al plan de modificación: a) La vivienda tiene que ser tu residencia principal b) Estar ocupada por ti c) Tener condiciones habitables d) El saldo que te quede por pagar de tu primera hipoteca no puede ser mayor de $729,750. Incluso si ya el banco ha comenzado su proceso de embargo, puedes acogerte a la modificación… Pero, repito, sólo si cumples las otras condiciones, y no porque se te ocurra, "¡Ay, voy a pedirle al banco un préstamo mejor a ver si aprovecho esto de la modificación y me bajan los pagos!". Ponte en contacto con las agencias del gobierno que te ofrecen la ayuda que necesitas y no le des tu dinero a nadie que venga prometiéndote una solución garantizada por un pago adelantado. Tú mismo puedes ayudarte si te tomas el tiempo de aprender las reglas del juego.