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  Por el libro
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2 de diciembre de 2009

El Nuevo Dia

A tres semanas de haberse quedado sin trabajo, muchos empleados públicos cesanteados no han recibido la ayuda que el Gobierno les prometió, según relataron ayer varios desplazados a El Nuevo Día.

La situación ha provocado que la experiencia de enfrentarse al desempleo sea más difícil, debido al sinnúmero de gestiones que han tenido que realizar para obtener ayuda, conseguir empleo y lograr que al menos la agencia en la que laboraban les entregue la liquidación que les corresponde.

"Sinceramente, no tengo nada que decir sobre la situación. Estoy bien molesta", indicó Mariela Goyco, una abogada que por los pasados cuatro años trabajó en el Departamento de Corrección y Rehabilitación.

Agregó que su situación es tal que "todavía estoy esperando que me den cita para la tarjeta de la Familia".

Igual de desesperada dijo sentirse Iris Montañez, quien laboró por siete años en la Administración de Servicios Generales.

"De las ayudas, estoy esperando que me llamen... En cuestión de trabajo he solicitado por internet en Puerto Rico Trabaja y no me han contestado nada. He entrado a los clasificados y no me han dado contestación. En ese aspecto estoy esperando en ambas cosas", manifestó la mujer al hablar de las gestiones realizadas.

Añadió que se ha frustrado en su búsqueda de ayuda. "No es fácil, porque yo tengo tres niños. Yo tengo estudios, siempre he trabajado, que no es para sentarme para esperar que me den", expresó Montañez.

El cuadro de Miguel Santos álvarez, quien labora en la Administración de Rehabilitación Vocacional, es distinto.

El hombre relató que vio su despido como una oportunidad para establecer su negocio propio.

Sin embargo, relató que varios días después de hacerse efectiva la cesantía lo llamaron para comunicarle que su despido se había pospuesto hasta enero, para que la Junta de Reestructuración Económica y Fiscal (JREF) pudiera cumplir con el proceso correcto de notificar las cesantías.

Como consecuencia, el joven no ha podido recibir el vale de $5,000 que esperaba para emprender su negocio de sellado de techo y pintura de hogares.

Ayer, las peticiones de entrevistas hechas al presidente de la JREF, Carlos García, y al secretario del Trabajo, Miguel Romero, no rindieron fruto.