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  Por el libro
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1 de diciembre de 2009

El Nuevo Herald

Scott Rothstein, el ostentoso abogado de Fort Lauderdale que según las autoridades estafó $1,000 millones a inversionistas al tiempo que fingía ser un gran filántropo, fue arrestado el martes por la mañana, acusado de un cargo federal de extorsión, informaron fuentes familiarizadas con el caso.

Rothstein, que escapó a Marruecos a finales de octubre pero regresó a principios de noviembre, deberá comparecer a las 11 a.m. ante la jueza Robin Rosenbaum para enfrentar la acusación de confabulación para delinquir, a tenor con la ley RICO, en el tribunal federal de Fort Lauderdale.

El abogado fue procesado por alguaciles federales cerca de las 8:30 a.m. en Fort Lauderdale.

En noviembre, mientras estaba bajo vigilancia federal, Rothstein cooperó con la fiscalía y le contó detalles de su plan de estafa, en el que vendía acuerdos de compensación por demandas laborales a inversionistas adinerados. De igual modo, agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y del Servicio de Rentas Internas (IRS) registraron su bufete de Fort Lauderdale y confiscaron su casa frente al mar y otras propiedades.

Stuart Rosenfeldt, copropietario del bufete de Rothstein, dijo el martes que se sentía aliviado de escuchar que su antiguo socio y amigo había sido arrestado.

``Me siento aliviado', expresó Rosenfeldt. ``Me molestaba que hiciera tantas cosas malas y siguiera libre'.

El lunes no fue posible contactar a Rothstein para que comentara, en tanto su abogado, Marc Nurik, no quiso decir nada acerca del inminente arresto de su cliente.

``Scott tiene la intención de asegurarse de que se le devuelva su dinero a todos los inversionistas legítimos', dijo Nurik el lunes por la noche. ``La manera exacta en que se hará eso aún debe determinarse. Es sincero en sus intenciones'.

Es probable que Rothstein, de 47 años, se declare culpable. Mientras tanto, la fiscalía federal pedirá a un jurado de instrucción que estudie la posibilidad de encausar a los cómplices de Rothstein, entre ellos tal vez ex empleados de su antigua firma.

La ley RICO fue aprobada en el Congreso para combatir a la mafia y otras organizaciones criminales. Rothstein, acusado de fraude bancario, postal y de transferencias bancarias, así como lavado de dinero, podría ser condenado a un mínimo de 20 años de prisión y se le confiscarían decenas de millones de dólares en ganancias ilegales.

La meteórica vida de Rothstein —quien hizo amistad con personalidades tan notables como el gobernador Charlie Crist y el miembro del Salón de la Fama del Football Dan Marino— terminó en una caída estruendosa durante el fin de semana de Halloween, cuando sus inversionistas sospecharon por primera vez que el abogado les había robado cientos de millones de dólares. La lista de las consecuencias —entre ellas la devolución del Hospital Holy Cross de una donación de $1 millón de la fundación caritativa de Rothstein— es infinita.

En el 2002, Rothstein, un oscuro abogado laboral, abrió un bufete con su socio Stuart Rosenfeldt en Las Olas Boulevard.

En apenas seis años, la fortuna de Rothstein ascendió de unos $160,000 a decenas de millones de dólares, con mansiones opulentas, varios autos deportivos, relojes deslumbrantes, una participación en la antigua residencia de Versace en South Beach y un grupo de inversión en restaurantes llamado Bova, según documentos judiciales.

Con el dinero y las actividades filantrópicas vinieron relaciones bien conectadas los mejores lugares. Rothstein se las agenció para utilizar su carisma y sus contactos en la sociedad del Condado Broward para hacer que amigos y benefactores acaudalados invirtieran junto a él.

Entre ellos se encuentran: George G. Levin, un millonario inversionista de Fort Lauderdale con relaciones en Wall Street que pensó que los acuerdos legales de Rothstein eran algo seguro. Levin invirtió hasta $125 millones de su propio dinero, además de cientos de millones de otros inversionistas.

Cuando Rothstein huyó a Marruecos, muchas personas especularon que no volvería a Fort Lauderdale. Rothstein les había enviado mensajes electrónicos diciendo que estaba pensando suicidarse.

Pero acabó regresando, en su mejor estilo, en un avión privado.