28 de noviembre de 2009
El Vocero
Los pequeños y medianos comerciantes anticipan que sus ventas podrían haber aumentado 20% en el denominado "viernes negro", cuando se compara con lo que venden en un día normal. Aun así las ventas habrían estado 50% por debajo de las cifras del pasado año, y anticipan que esa será la tendencia para la época navideña. Pedro Malavé, presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD) aseguró que esa fue la tendencia tanto en negocios establecidos en los cascos de los pueblos como en negocios en los centros comerciales. Agregó que este inicio de la temporada de ventas de Navidad confirma el reciente estudio efectuado por el economista José Alameda, que reflejó que al cierre del mes de diciembre, las ventas al detal en general deberán haber caído en $72.5 millones, en comparación con el año pasado. Los comercios pequeños serán los más afectados según el estudio. Las ventas totales del mes de diciembre deberán alcanzar los $3,500 millones en total. El estudio revela que las grandes cadenas deberán reflejar, al finalizar el mes de diciembre, un alza en ventas de 0.8%, mientras los comercio pequeños reflejarían una disminución. Del estudio se desprende que en municipios como Caguas, Aguadilla y Fajardo se verán alzas en ventas. No obstante, municipios como San Juan, Ponce y Guayama reflejarán reducciones en sus ventas. Varios comerciantes entrevistados aseguraron que se les hace imposible competir con la megacadenas, que por su capacidad de compra pueden ofrecer precios que ellos no pueden igualar, lo que ha desatado una competencia ilegal. Entienden, que si no se encuentra una pronta solución a esta situación, los pequeños comercios están condenados a desaparecer. "Hemos ofrecido especiales, hemos hecho actividades para entretener los clientes mientras efectúan sus compras, sin embargo el problema que tenemos es que los clientes no están llegando, se están quedando no en los centros comerciales sino en las grandes cadenas y no sabemos que más hacer para atraerlos. Mientras tanto nuestros negocios siguen en picada, y nos corremos el riesgo de desaparecer", afirmó Iván Torres, propietario de una tienda en el pueblo de Bayamón. En el mismo sentido se expresó, Sonia Vargas, gerente de una tienda pequeña establecida en un centro comercial, para quien las megacadenas han representado la casi desaparición de su negocio. "Nos establecimos en un centro comercial en busca de ese patrocinio, pero aquí los costos son más elevados y lamentablemente no hemos logrado la atracción de los clientes, quienes ya vienen predestinados hacia donde van a comprar. Esto ha provocado que cada vez nuestras ventas sigan descendiendo y los costos operacionales aumentando, lo que prontamente pudiese representar nuestra desaparición".