2 de noviembre de 2009
La Opinion
NUEVA YORK.— Los intereses cobrados por las tarjetas de crédito en Estados Unidos han aumentado de forma notable antes de que entre en vigencia el 22 de febrero una nueva ley que limitaría esos encarecimientos. En algunos casos, las tasas han sido duplicadas al 30% o más, incluso a las personas que pagan puntualmente sus facturas. Las medidas adoptadas por las empresas emisoras de las tarjetas de crédito son un golpe más para los consumidores estadounidenses, acosados ya en sus finanzas. Los legisladores federales dieron a esas empresas nueve meses de aplazamiento a fin de que se prepararan ante las nuevas normas. No sorprende que los bancos y otras entidades emisoras de tarjetas de crédito hayan utilizado este periodo de gracia que les otorgó el Congreso para obtener ventajas. "El retraso les permite reponer con nuevas armas sus arsenales", dijo el abogado Lloyd Constantine, que lleva 22 años litigando casos relacionados con el sector de las tarjetas de crédito y es autor del nuevo libro "Sin precio: El caso que acabó con el cartel bancario Visa/Mastercard". Los cambios requeridos por la nueva ley, CARD por sus siglas en inglés, contribuirán a evitar prácticas engañosas en la industria crediticia. Empero, antes de que eso suceda, las empresas emisoras hacen todo lo posible para obtener la máxima ventaja de sus clientes. Un usuario, identificado sólo como Constantine, es uno de ellos. El interés de su tarjeta Visa que le otorgó el banco Chase se duplicó al 17% a principios de este mes. Recibió una notificación por correo comunicándole del cambio y no podía comprender por qué. Constantine, con un patrimonio voluminoso, raramente usa tarjetas de crédito y cuando lo hace paga las facturas a tiempo. A fines de febrero, la ley CARD prohibirá a las empresas emisoras aumentar los intereses en los balances pendientes de las tarjetas de crédito.