18 de octubre de 2009
Excelsior
WASHINGTON.— Autoridades estadunidenses consideran que los chalecos antibalas que pronto se enviarán a los soldados estadunidenses en Irak y Afganistán no sirven. El ejército cometió equivocaciones críticas en las pruebas de un nuevo diseño de los chalecos, según investigadores del Congreso que recomendaron una revisión independiente de las pruebas antes de que los blindados se distribuyan. Sin embargo, funcionarios del Departamento de Defensa dicen que no hace falta una inspección independiente. Funcionarios del Pentágono admiten que hubo algunos problemas durante las pruebas de las placas blindadas, pero agregan que fueron menores y que no alteran su confianza en el resultado general. Un informe de la Oficina de Contabilidad del Gobierno (GAO) dice que el ejército se apartó de los niveles de prueba estipulados y concluye que varios de los nuevos diseños blindados que fueron aprobados habrían fracasado si las pruebas se hubieran conducido de manera adecuada. El informe, solicitado el año pasado por miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, es el más reciente en una serie de estudios que ponen en duda la capacidad del ejército para supervisar la producción de esa pieza clave de equipo bélico. En enero, el inspector general del Pentágono culpó al ejército por no supervisar adecuadamente una serie de pruebas de las placas protectoras en un laboratorio privado de balística. La auditoría del inspector general recomendó que se retiraran unas 33 mil placas blindadas del inventario del ejército, por un total de casi dos millones, debido a que podrían no proteger a soldados contra balas de gran poder penetrante.