3 de octubre de 2009
La Opinion
La primera pandemia del Siglo XXI llegó en una época de crisis económica, lo que no ha sido impedimento para que el gobierno federal invierta miles de millones de dólares para combatir el nuevo virus de la influenza tipo A H1N1. El gobierno federal realizó una inversión inicial de seis mil millones de dólares para desarrollar la vacuna y ha desembolsado dos mil millones de dólares más en estos últimos días para comprar las primeras dosis de la vacuna, que estará disponible, en la mayoría de estados, a partir del martes de la próxima semana. En Los ángeles se espera que la vacuna comience a ser inoculada a partir del 9 de octubre. Michael Perdue, director de la División de Influenza y Enfermedades Emergentes del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, explicó que cuando el virus fue detectado en abril y se le identificó como una enfermedad altamente contagiosa, las autoridades de salud se dieron cuenta de que Estados Unidos no tenía la capacidad para producir la enorme cantidad de vacunas que se requiere para una epidemia. Estados Unidos tiene una población de 300 millones de habitantes y el gobierno federal planea producir vacunas para todos. "Nuestra primera prioridad fue tener la capacidad en el país para producir suficientes vacunas para toda nuestra población… nuestra meta era producir suficientes vacunas en los primeros seis meses después de que se hiciera la declaración oficial de la pandemia", comentó Perdue durante una conferencia en el Instituto de las Américas. Esta decisión ejecutiva dio paso a la concesión de los primeros seis mil millones de dólares que el gobierno federal le dio a las compañías farmacéuticas que han trabajado todo el verano en la producción de los millones de dosis de vacunas, así como en la producción de los diferentes medicamentos antivirales. Estados Unidos ha ordenado la compra de 42 millones de dosis de la vacuna en spray nasal llamada Live Attenuated Vaccine (LAIV). Dos millones de esta vacuna conocida comercialmente con el nombre de FluMist conforman el primer cargamento de vacunas que será repartido la próxima semana. También, el gobierno federal ha ordenado 209 millones de dosis de la vacuna Killed Virus Antigen, la cual es la versión inyectable en la que el virus está muerto. Y 125.5 millones de dosis de una vacuna que es controversial llamada Adjuvant, la cual puede producir inflamación en el área de la piel donde se inyecta el virus. "Las compañías [farmacéuticas] están cobrando entre seis y siete dólares por algunas vacunas, y por otras hasta 15 dólares por dosis", informó Perdue. Ya se ha ordenado la producción de suficiente vacunas para toda la población e incluso para donar a la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes se encargarán de repartir las dosis entre los países pobres. "Es una carrera contra el tiempo", indicó el funcionario federal al explicar que sólo se tienen unos tres meses para vacunar a la población, para que la vacuna sea efectiva antes del inicio del invierno, que es cuando normalmente aumentan los casos de influenza tipo A. Una encuesta de la Universidad de Harvard revelada ayer indica que más de la mitad de los adultos estadounidenses dijeron que se vacunarán y el 75% vacunará a sus hijos. Estos resultados sugieren que las autoridades de salud pública deben estar preparadas para atender la elevada demanda que tendrá la vacuna contra el nuevo virus, a medida que el contagio de la influenza se hace más severo, manifestó Robert Blendon, investigador principal de la encuesta. Este sondeo indica además que más personas planean vacunarse contra el virus H1N1 que contra la influenza estacional, cuya vacuna se ofrece cada año en Estados Unidos. Anualmente, hay unas 100 millones de dosis de vacunas contra la influenza estacional, mientras que unos 36 mil pacientes, en su mayoría adultos mayores, mueren a causa de esta enfermedad. Además de las vacunas, el gobierno federal también ha designado 90 millones de dólares para cubrir los costos de hospital de las personas sin seguro médico. Felipe Lobelo, funcionario del Servicio de Inteligencia Epidemiológica del Centro de Contorl de Enfermedades (CDC), añadió que las personas deben acudir al hospital cuando presentan dificultad para respirar, cuando tienen dolor en el pecho o cuando los síntomas empeoran en lugar de mejorar. "La influenza en la mayoría de los casos se resolverá sin problemas, pero en algunos desafortunadamente la influenza será más severa… en estos casos, las personas deben acudir a su doctor o al hospital", subrayó Lobelo, acotando que la falta de recursos económicos no debe ser impedimento para que la gente busque ayuda. A nivel local, el Departamento de Salud Pública informó que aunque el costo de la vacuna está siendo pagado por el gobierno federal, las personas que acudan a su doctor de cabecera seguramente tendrán que pagar una "cuota administrativa" que puede variar entre 10 a 25 dólares, dependiendo del tipo de seguro médico del paciente. Para las personas que carecen de seguro médico, la vacuna estará disponible gratuitamente a través del sistema de clínicas y hospitales públicos del Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Angeles. Para localizar el lugar de vacunación más cercano a su hogar puede llamar al 211.