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  Por el libro
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2 de octubre de 2009

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CHICAGO (Reuters) - Quince estados podrían quedarse sin camas en los hospitales y otros 12 tendrían el 75 por ciento de su capacidad ocupada con pacientes con influenza H1N1 si el 35 por ciento de los estadounidenses contrae el virus en las próximas semanas, indicó un informe publicado el jueves.

El estudio, basado en estimaciones de un modelo de computadora desarrollado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés), muestra los colapsos que hospitales y departamentos de salud podrían enfrentar ante una segunda ola de gripe pandémica.

"Nuestro punto al hacer esto es (...) destacar el potencial que puede tener incluso una pandemia leve y cómo eso rápidamente puede colapsar el sistema de asistencia médica", dijo en una conferencia telefónica Jeffrey Levi, director de Trust for America's Health, que financió el estudio.

Según el reporte, la cantidad de personas hospitalizadas podría ir de 168.025 en California a 2.485 en Wyoming, mientras que varios estados enfrentarían escasez de camas. Algunos necesitarían posponer las internaciones para procedimientos programados.

"Los estados del país también tendrán que ver cómo manejan el flujo de personas en los consultorios médicos y establecimientos de atención ambulatoria, además del incremento en las hospitalizaciones", dijo Levi.

El experto señaló que los departamentos de salud estatales y locales están tratando de ver cómo organizan los sistemas de distribución de la vacuna H1N1 a medida que llega al país este mes.

Las autoridades de salud locales están especialmente preocupadas por llegar a las personas jóvenes, que tradicionalmente no son vacunadas contra la gripe, y a las minorías, que fueron las más afectadas por la influenza pandémica en la primavera boreal.

Si bien el Gobierno federal pagará por la vacuna, aún no está claro cómo se financiará concretamente el costo de aplicación de las inmunizaciones, dijo Levi.

Aunque muchos planes de seguro público y privado dijeron que cubrirán la vacunación, otros aún no han llegado a acuerdos.

"Esto podría convertirse en una enorme carga para los departamentos de salud estatales y locales, o volverse un peligroso desincentivo para que las personas se vacunen", añadió Levi.

El 35 por ciento de la tasa de ataque usado en el informe se basó en la gripe pandémica de 1968, que fue considerada leve. Se presume que un brote duraría alrededor de ocho semanas.

Levi expresó que el número es consistente con las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estiman que un tercio de la población mundial se enfermará con la nueva cepa de influenza H1N1, declarada pandémica en junio.

El Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología de la Presidencia estadounidense dijo en agosto que 1,8 millones de habitantes del país necesitarían ser hospitalizados y que unos 30.000 podrían morir, teniendo en cuenta una tasa de infección del 30 por ciento.