7 de julio de 2009
La Opinion
NUEVA YORK.— Ahora que los precios de las pantallas planas de TV han bajado de miles de dólares a apenas 200, los fabricantes están impulsando alternativas más delgadas que usan menos energía y contienen componentes adicionales avanzados, nuevamente por miles de dólares. La gran mayoría de los televisores que se venden actualmente en Estados Unidos son pantallas planas, pero la competencia y la recesión han ocasionado una baja en los precios, recortando las ganancias. Modificar la apariencia del producto básico es una manera clásica de reavivar la demanda. En el caso de los televisores, las pantallas sólo pueden ser cada vez más grandes, así que los fabricantes tienen la esperanza de recuperar parte de sus utilidades perdidas presentando un aparato de profundidad minúscula a los consumidores que todavía tienen dinero. Lee Richman instala sistemas de cinema en casa de vanguardia que pueden costar hasta 170,000 dólares, pero últimamente ha notado que algunos de sus clientes —o los diseñadores de interiores de ellos— se animan cuando escuchan sobre televisores ultra delgados que apenas sobresalen de la pared una pulgada. La diferencia de imagen entre estos modelos delgados y una pantalla de televisión plana regular, que son generalmente de entre tres y cuatro pulgadas des espesor, es bastante pequeña. No es nada comparable al impacto estético que tuvieron los consumidores cuando salieron al mercado los primeros modelos planos que reemplazaron a los rechonchos televisores de tubo de rayos catódicos. Sin embargo, en cierto segmento de mercado —como se aprecia en las revistas de decoración del hogar— los televisores súper delgados "entusiasman mucho" a la gente, comentó Richman. Esta es una estrategia comercial de libro de texto para los fabricantes de televisores.