Inicio  








  Por el libro
Bookmark & Share

9 de junio de 2009

El Nuevo Herald

Vera Wang y sus colegas del mundo del diseño están chocando con la realidad. Wang, conocida por sus vestidos de novia de $9,500, ha bajado los precios minoristas de su ropa de bodas en casi un tercio, a medida que los compradores reducen sus gastos en la recesión. Coach está vendiendo más carteras por menos de $300, y Saks envió a gerentes a Europa para ayudar a sus proveedores a encontrar productos de menor precio para sus tiendas.

Las medidas son parte de un esfuerzo de toda la industria para expandir líneas de artículos de lujo con diseños más simples y materiales menos costosos después de años de precios cada vez más altos. La venta de marcas dirigidas a los ricos podrían bajar este año en un 10 por ciento, tras haberse mantenido estables en el 2008 a $240,000 millones, según cálculos de la firma asesora Bain & Co. in Milan.

'Los consumidores de artículos de lujo ahora quiere entender por qué el precio es lo que es', dijo Michael Fink, asesor radicado en Nueva York y ex director de modas femeninas de Saks. 'Ellos no van a volver a la propaganda y las listas de espera' para recibir artículos de diseñadores de lujo.

Entre el 2005 y el 2007, el precio promedio de venta al por mayor de artículos de lujo aumentó entre el 10 y el 15 por ciento ecada año, estima Fink. La crisis económica global está invirtiendo esa tendencia. Aunque algunos compradores siguen adquiriendo al tope de la gama de artículos de lujo, cada vez más consumidores se niegan a comprar vestidos de cóctel que cuesten más de $2,000 y zapatos por encima de los $1,000, dijo.

'Definitivamente, esto nos ha hecho reconsiderar a todos lo que hacemos, cómo lo hacemos, y a quién estamos tratando de conseguir como cliente', dijo la diseñadora Wang en un evento celebrado el 20 de mayo en Nueva York. ``De cierta manera, ha hecho que todos choquemos con la realidad'.

El precio promedio de un vestido de novia de la colección de primavera del 2010 de Vera es de $3,800, y nueve vestidos están por debajo de los $3,500. Anteriormente, el precio promedio era de $5,500, escribió la vocera Elizabeth Musmanno en un correo electrónico.

Thakoon, el diseñador de origen tailandés cuyos vestidos estampados gustan tanto a Michelle Obama, comenzó a vender en las tiendas una segunda línea menos costosa en mayo. Liz Claiborne, radicada en Nueva York, está bajando los precios de Kate Spade y Juicy Couture, sus marcas más caras.

'El consumidor de artículos de lujo es el que sale ganando', afirmó el director ejecutivo de Liz Claiborne, Bill McComb.

Para la industria, la opción ideal es que los nuevos artículos animen a los consumidores a comprar más, lo cual ayudaría a los vendedores a mantener su cuota del mercado, dijo Luca Solca, analista de ventas de productos de lujo. El peligro es que éstas pongan en peligro sus ventas de artículos más caros, afirmó.

'Es un experimento interesante e inteligente, que vale a pena probar', dijo Solca, quien trabaja con la firma londinense Sanford C. Bernstein & Co.

A corto plazo, el esfuerzo por generar demanda ha afectado los márgenes de ganancia, dijeron ejecutivos de Thakoon y Coach.

Eileen Adler pasó por una tienda de Coach en el Aventura Mall para comprar un limpiador para carteras, pero ella compró su bolsa de Coach más reciente en Macy's, donde estaba a mitad de precio.

'Yo siempre me fijo en las ofertas', dijo Adler, vecina de Miami. ``Yo quiero conseguir gangas'.

El diseñador Zac Posen afirma que él se las ha arreglado evitar transarse en calidad y rentabilidad dedicando más tiempo a buscar los mejores precios para sus materiales. A veces usa materiales textiles conseguidos al por mayor en lugar de crear sus propias telas, y en un vestido redujo el tamaño de la falda, dijo.

Posen ha creado más ropa para el diario, con vestidos a $990, mientras continúa creando obras de alta costura por un valor de $10,000.

'Es un esfuerzo y una pelea diarias por mantenerse vivo', dijo Posen en una entrevista telefónica. ``Yo no creo que haya que hacer ropa de menor calidad, sino producir ropa más inteligente, más centrada y más fácil a un plazo más corto y a precios más accesibles'.