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  Por el libro
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20 de mayo de 2009

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NUEVA YORK (AP) - Una prenda con cuello de tortuga del diseñador Marc Jacobs cuesta cientos de dólares en Neiman Marcus o Saks Fifth Avenue. Pero en un bar de Brooklyn, el suéter gris oscuro resultó gratuito, junto con pantalones vaqueros, cinturones y zapatos.

El bar Sycamore nunca será confundido con una tienda departamental, pero para algunos consumidores golpeados por la recesión cumple un propósito similar. Es una oportunidad de modernizar su guardarropa y sumergirse en la aventura de comprar sin tener que abrir sus billeteras.

"Son compras libres de culpas", comentó Shannon McDowell, tabernera que también intercambia ropa.

Los amigos han canjeado ropa entre sí desde que los padres han heredado prendas que ya no le quedan a sus hijos. Ahora, con algo de ayuda del internet, el intercambio de artículos entre extraños está creciendo en bares, escuelas, cocheras e iglesias en todo Estados Unidos.

Las reglas son simples: usted trae algo antes de llevarse algo, y nunca se utiliza dinero.

Algunos intercambios son asuntos formales, en los cuales los artículos son canjeados de persona a persona y éstas se los prueban para ver qué tal les quedan. Si más de un participante está interesado en una prenda, el grupo vota para decidir a quién le luce mejor.

Otros, como el realizado en Sycamore, son más informales: los asistentes simplemente revisan montones de ropa en busca de lo que desean. Los sobrantes generalmente son donados a organizaciones de caridad.

La popularidad del sistema se debe a que estadounidenses de todos los niveles económicos están reduciendo lo que gastan en tiendas departamentales. Las ventas de ropa descendieron 10,1% en el primer trimestre del año.

Las compras por impulso, las cuales representan más de una cuarta parte del negocio de la moda, "simplemente ya no existen", dijo Marshal Cohen, analista de esta industria para la compañía investigadora de mercado NPD Group.

Resulta que el intercambio es un sustituto de la compra. Y no es únicamente ropa, pues la gente también está intercambiando DVDs, libros, juguetes e incluso plantas y semillas para jardín.