10 de mayo de 2009
El Nuevo Dia
Desde enero, Madeline Amaral y su esposo comenzaron a ahorrar para la compra de los libros del próximo curso de sus dos hijos, de 12 y 9 años, estudiantes del colegio San Juan Apóstol de Caguas. Aún así, creen que no será suficiente. "También hacemos un ‘serrucho’ con cada abuelo y lo juntamos con lo que nos sobra de las planillas", contó Amaral. Son sólo algunas medidas que toman ambos empleados de empresas privadas para afrontar los $1,100 que pagan por libros y cuadernos al año. Lynnette Saurí, quien ofrece talleres de motivación, compra libros usados para su hijo -estudiante de noveno grado en el Colegio Rosa-Bell, en Guaynabo. Aunque no pudo hacerlo un año, en que el niño pasó de séptimo a octavo grado, porque cambiaron todas las ediciones. Por lo regular, la compra de libros ronda los $800. Lidiar con el alto costo de los libros de texto y con los cambios de ediciones periódicas, es una situación que se repite anualmente para esta época y que afecta a cientos de padres que, por diversas razones, deciden matricular a sus hijos en colegios privados. Sin contar el costo de matrícula, uniformes y materiales que requiere el regreso a clases, los padres pueden gastar entre $400 y $1,500 en libros al año, según el grado que curse el niño, el colegio y las materias que tomará. Por ejemplo, el costo de cuatro libros, de cálculo, precálculo y álgebra -para estudiantes de cuarto año-, exigidos por un colegio privado de Guaynabo, asciende a $524.54. Pero la lista para ese grado -publicada por la Librería Educativa en su página electrónica- asciende a 29 libros. Según la presidenta de la Asociación de Escuelas Privadas, Madeline Carrión, los colegios no son responsables del precio de los libros. "Las casas editoriales son las que establecen los precios", agregó. En cuanto a los cambios de ediciones, señaló que cada colegio "responsablemente, analiza muy bien esos cambios". "Se hace cuando lo amerita, ya sea porque han cambiado los métodos de enseñanza o de visión, así como en tecnología. Y se supone que se haga, aproximadamente cada cinco años", agregó Carrión. Las librerías tampoco tienen que ver con el cambio de ediciones ni con el incremento en precios, según Fidel Brito, presidente de Librería Educativa. "Mantenemos el mismo margen de ganancias y en ocasiones hasta marcamos libros más baratos", dijo. Agregó que compran libros usados en buenas condiciones y esos textos, a su vez, se venden más baratos. Aún así, muchos padres admiten que tienen que hacer malabares para mantener a sus hijos en colegios. La escuela pública no es una opción viable para ellos. "Es que cuando falta un maestro no tienen sustitutos y se quedan ese tiempo si supervisión, además de que tampoco hay mucha seguridad", comentó Amaral. Mientras, es muy poco lo que pueden hacer las autoridades. De lo único que puede asegurarse el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) es de que cada colegio entregue la lista de los libros del próximo año escolar antes del 15 de mayo. "Hace unos años se hizo una ley y un reglamento para regular la compra de libros y materiales. Pero los colegios acudieron al Tribunal Federal y se determinó que no teníamos facultad para inmiscuirnos en cómo se maneja la compra de libros en escuela privadas", dijo Luis G. Rivera Marín, secretario del DACO. Pero admitió que llevan a cabo una investigación "relacionada con las casas editoras vendiendo directamente a las escuelas".