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  Por el libro
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8 de enero de 2009

El Nuevo Dia

No todos los negocios en Puerto Rico favorecen la derogación de la Ley de Cierre. Hay quienes prefieren que se deje como está e incluso que se prohibiera la apertura dominical. "No favorezco la derogación porque ya tenemos demasiadas horas de trabajo a la semana", expresó Julio Estrella, presidente de la cadena de tiendas de descuentos Topeka.

Estrella puso en duda el que la extensión del horario los domingos aumente el volumen de ventas de su cadena. Explicó que algunas de las Topeka abren los domingos, y a veces las ventas apenas cubren los gastos adicionales que tiene ese día, como son el pago de nómina y de electricidad.

Fue más lejos y señaló que "estaría de acuerdo con que no se permitiera abrir los domingos. Eso sería en beneficio de los empleados", manifestó Estrella.

Por su parte, Elda Sierra, dueña de la Farmacia Elda, en Manatí, y presidenta de la Asociación de Farmacias de Comunidad, dijo que tiene sentimientos encontrados con el tema, pues como consumidora favorece la idea de tener más flexibilidad en el horario de compras los domingos, pero como empresaria no le es beneficioso.

Por más de una década, Sierra abrió su farmacia los domingos, pero desde hace cinco años dejó de hacerlo, pues no le era costo efectivo. Contó que los clientes solían llegar a comprar entre 9:00 a.m. y 11:00 a.m., antes que abrieran los centros comerciales; pero a las 11:00 a.m. se iban y la farmacia se quedaba vacía durante el resto del día.

Además, muchos empleados tenían contratiempos para trabajar los domingos y no era fácil conseguir sustitutos. Agregó que muchas farmacias de comunidad han optado por no abrir los domingos, y al presente más de la mitad de las 675 que hay en la Isla, permanecen cerradas ese día.

En contraste, Gildo Massó, dueño de la cadena de ferreterías Massó, favorece que se permita abrir más temprano los domingos, pues según él, con esa medida se benefician los consumidores.

"Los que van a hacer un proyecto de mejoras en la casa les gusta empezar a hacerlo temprano", en vez de esperar a las 11:00 a.m. para comprar pinturas, madera y herramientas de construcción.

No obstante, Massó no vislumbra que, de aprobarse el estatuto, se genere un aumento en ventas en el sector de ferreterías. Tampoco cree que su cadena operaría los domingos en el mismo horario del resto de la semana, que es de 7:00 a.m. a 9:00 p.m. Dijo que "prefiero poder abrir antes y cerrar antes. Así se benefician los empleados", pues saldrían más temprano los domingos.