9 de mayo de 2006
La crisis que enfrenta el Gobierno de Puerto Rico trascendió las lides políticas y se ha convertido en un problema económico de todos los residentes de esta Isla porque sus propiedades valen menos hoy que ayer.El hoy comisionado residente, Luis Fortuño, insistió en que todas las partes en la controversia tienen que dar un paso hacia el medio para llegar a una solución."Lo que parecía una crisis política ahora es una crisis económica que nos afecta a todos. Hoy todos somos más pobres que la semana pasada por el ambiente de inestabilidad que representa Puerto Rico para la inversión; las propiedades hoy valen menos", señaló quien también fuera Secretario de Desarrollo Económico.Incluso, indicó que la transacción de los bonos conocida como "swaps" se perfila casi imposible ante la degradación del crédito de la Isla. En ese mecanismo de inversión la Legislatura tenía cifradas las esperanzas de allegar $100 millones para reducir el actual déficit gubernamental."Averigüé con algunas casas de corretaje y me han dicho que sería imposible entrar al mercado bajo estas condiciones", comentó Fortuño en entrevista con EL VOCERO.La actual situación se deriva, según han señalado las casas acreditadoras, de la incapacidad del Ejecutivo y la Legislatura para ponerse de acuerdo, en tiempos más recientes, y por haberse postergado por años una reforma contributiva y fiscal. Fortuño añade que también es responsabilidad del Ejecutivo por gastar más del dinero que tenía en presupuesto.Ante esa falta de consenso, dijo, fue que decidió regresar a la Isla dejando en pausa sus compromisos en Washington. Inicialmente los planes eran estar un día, ahora se quedará cinco. Sin embargo, ante las críticas que le señalan como que toma ventajería política por la situación, optó por hacerlo tras bambalinas. Insiste en la necesidad de que todas las partes se dirijan a un punto medio para llegar a una solución, aunque no necesariamente se trate de un impuesto al consumo del 5.9% que promovía la semana pasada como un punto intermedio a la solicitud del Ejecutivo del 7% y la propuesta del Partido Nuevo Progresista del 5.5%."Todos los lados tienen que poner a un lado sus posturas y dar un paso hacia el medio y verán que se encuentran más rápido de lo que se imaginan", indicó.El Comisionado señaló que "es una vergüenza" la proyección que ha tenido Puerto Rico en Estados Unidos ante esta situación, por la que dijo múltiples personas le han preguntado en el Congreso más que sobre otros temas.EL 2596 ES UN PUNTO INTERMEDIOUn ejemplo de lo que ve como un punto intermedio es el proyecto 2596 que aprobó la Cámara de Representantes en la madrugada del sábado, para reducir a un 5% la penalidad por la distribución de las cuentas IRA. También proponía la reducción de los gastos del Gobierno en un 3% anualmente.Fortuño destacó que ese proyecto en su artículo 4 habla de que si con esa medida no se recauda lo suficiente para allegar al fisco los fondos necesarios para cerrar el presente año fiscal, se recurrirá a un anticipo por parte del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) que tendrá que repagarse posteriormente. Eso significa que se trata de un préstamo, indicó, aunque prefieran llamarle anticipo o adelanto. La fuente de repago provendría de una reforma contributiva.Pero ese proyecto fue objeto de enmiendas en el Senado para especificar que la fuente de repago sería un impuesto al consumo del 5.9%, además de retirarse la especificación de que había que reducir en 3% anual el gasto gubernamental. Esas enmiendas lo llevarán a comité de conferencia.El Comisionado Residente señala que es necesario un préstamo para atender la situación actual y que si en el pasado mes de noviembre se pudo llegar a un acuerdo para presentárselo a las agencias acreditadoras, ahora se puede hacer lo mismo utilizando una fuente de repago que sea una porción del impuesto al consumo de una reforma contributiva que todavía está por definirse.Por otro lado, cuestionó el estribillo de algunos sindicatos que reclaman que "paguen los ricos" porque al final, todo lo que se le aumente en contribuciones a las corporaciones lo terminarán pagando sus clientes, que al final sigue siendo el mismo pueblo.