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  Por el libro
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2 de julio de 2006

La conclusión es sencilla. La recién aprobada reforma contributiva no ofrecerá los alivios prometidos a la clase media asalariada, concurrieron varios economistas entrevistados por El Nuevo Día Domingo.

?Las rebajas sustanciales en las tasas contributivas se fueron al piso. Los beneficios para la mayoría de la población se han tenido que limitar porque la mayoría de los recursos se han destinado a atender el déficit estructural?, expresó el economista Fernando Zalacaín.

??Es una locura, una ridiculez pensar que los precios de los productos van a costar 6.6% menos. Si acaso, lo que veremos es una rebaja de entre 1% y 3%?.

Luis Benítez
Economista

Mientras, Ramón Cao lamentó que tras más de un año de análisis, el proyecto no le haga justicia al asalariado. ?Hay algunos alivios contributivos en algunos sectores, pero en general, pagarán más?, aseguró el economista.

Dijo que los más afectados serán los pensionados del gobierno, quienes son los que menos ingresos reciben. Ellos tienen un ingreso fijo anual que no se ajusta con la inflación y ahora tendrán que pagar el ?sales tax? en muchos de los productos y servicios que adquieran.

Con la reforma contributiva los pensionados menores de 60 años tendrán una exención de $11,000, que son $3,000 más que en el sistema actual. De igual forma, los mayores de 60 años podrán deducir los primeros $15,000 que reciban, mientras ahora sólo están exentos los primeros $12,000.

Ese aumento de $3,000 representa apenas $480 de reducción contributiva. Ésto, porque, según el Departamento de Hacienda, por cada $1 de exención el contribuyente sólo se ahorra 16 centavos en el pago de la contribución.

Asimismo, ?una familia en la que trabaje una persona y cobre el salario mínimo estará peor, sencillamente porque van a pagar el ?sales tax? ?, indicó Cao.

Por otro lado, muchos puertorriqueños creen que al eliminar el arbitrio de 6.6% los precios van a bajar en la misma proporción. Pero para el economista Luis Benítez, co-presidente de la comisión especial para la reforma fiscal 2005, nada está más lejos de la verdad.

?La percepción general de que los precios van a bajar, ?no way?. No van a bajar en el agregado. Y si sucede, será en una ínfima proporción; en 1.1%. Eso es algo que el Departamento de Hacienda sabe desde el 1994?, expresó Benítez.

Señaló que en un escenario ?estático?, si se baja un costo de un producto en 6.6%, el precio también baja en un 6.6%. ?Pero cuando le incorporas otras variables a la ecuación, como costos directos de transporte, flete, agua y otros aumentos, la rebaja no se da?, dijo.

Según estudios económicos, el arbitrio del 6.6% que paga el importador cuando llega el producto al País se convierte, a lo largo de la cadena de distribución, en entre un 12% y un 14% de aumento. Ese incremento lo paga el consumidor.

Benítez dijo que el gobierno sólo recibe 6.6 centavos de cada $1 en los productos que les aplica el pago de arbitrio; mientras el consumidor paga 12 centavos por cada $1. ?¿Quién se echó esos seis u ocho centavos al bolsillo? El comercio es el que se ha beneficiado del arbitrio?, dijo.

Su colega Zalacaín no concurre con él y cree que en la mayoría de los productos habrá rebajas en precios -antes del pago del impuesto a la venta-, que sobrepasarán el 10%. Dijo que en los productos donde hay una competencia más fuerte se registrarán las rebajas más marcadas.

No obstante, aquellos productos que están exentos del arbitrio de 6.6% sí tendrán un impacto inflacionario, pues habrá que pagar un 7% adicional, dijo Zalacaín, economista del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO).

La reforma sube la deducción de gastos ordinarios y necesarios a un 4% del ingreso -ahora es un 3%-, pero mantiene el tope en $1,500 de deducción máxima.

La deducción por el cuido de hijos también sube: $300 adicionales por el primer hijo y $600 por dos o más. El crédito por dependientes aumentó de $300 a $750 para los que cursan hasta el sexto grado; y de $400 a $1,000 para secundaria.

Mientras, las tasas contributivas bajaron levemente; y para los que generan ingresos mayores de $50,000, la reducción es aún menor.