25 de enero de 2007
Por: El Nuevo Dia Orlando
Un pacto nocturno realizado por un grupo deresidentes de San Francisco ha crecido como una bola de nieve,convirtiéndose en un mini-movimiento global que busca llamar laatención sobre los costos de la cultura de consumo moderna.
Un puñado de amigos, mareados por lo que denominaron "resaca colectivade consumo", decidieron en diciembre de 2005 dejar de comprar...durante un año entero.
Doce meses después, el grupo ha cumplido con su desafío autoimpuesto e inspirado a otros miles.
"Creo que tocamos un nervio", dijo John Perry, fundador del grupoconocido como The Compact. "Hay claramente una creciente preocupaciónsobre temas de sustentabilidad".
TheCompact ha registrado un crecimiento exponencial en su grupo de Yahooen los últimos meses, con casi 8,000 miembros hasta la fecha. DesdeRumania hasta Nueva Zelanda, el llamado a reducir el consumismo haencontrado eco.
"Nunca pretendimos iniciar un movimiento", admitió Perry.
Todo comenzó de forma bastante simple, extendiéndose por el "boca a boca" en esta ciudad de 750,000 habitantes, dijo Perry.
Sudecisión inspiró a su paseadora de perros, de 27 años, Rachel Kesel, asumarse a la prohibición, quien inició su propio 'blog' para relatarsus tribulaciones por vivir fuera del circuito de consumo. "Ha sidograndioso ser parte de este diálogo creciente", dijo Kesel, quiendescubrió que el desafío no sería fácil, cuando tuvo que resistiralgunas compras, como un engranaje de la bicicleta, su principal mediode transporte.
Pero también descubrió quecon un poco de paciencia y creatividad podía encontrar casi todo lo quenecesitaba sin comprar un producto nuevo.
Recorriendo recursos locales en internet, recientemente obtuvo unanueva cama de dos plazas con sábanas, almohadas y veladora, totalmentegratis.
Los integrantes del grupo dicenque pueden equipar su casa cómodamente a través del trueque, elpréstamo y la compra de bienes de segunda mano.
Solo se permite comprar artículos nuevos si entran en la categoría de"salud y seguridad", además de artículos de primera necesidad y comida.
"La sorpresa es que no es tan difícil", dijo Perry. "Puede ser undesafío, pero ciertamente no es todo sacrificio y privación".
"Si es una noticia internacional que un pequeño grupo de tipos en SanFrancisco dejan de comprar durante un año, eso dice mucho sobre cómoestá nuestra cultura", dijo Perry.