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  Por el libro
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3 de septiembre de 2008

Por: Yahoo.com

A medida que el mercado argentino de cámaras digitales se renueva, aparecen modelos que agregan funciones a las ya tradicionales o buscan mejorar las presentes. Estos equipos superan con amplitud los límites técnicos mínimos necesarios para obtener fotografías decentes; y una vez que se toman en cuenta estos parámetros básicos, se puede ajustar la elección del modelo atendiendo a otras características.

Como ya hemos explicado, el número de megapixeles en una cámara es importante, pero no crucial. Una cámara digital de más de 4 megapixeles permite tomar fotografías de buena calidad, y pueden imprimirse sin inconvenientes.

Al tener más megapixeles, se podrá hacer un recorte de una imagen sin que se note, pero no es el único elemento en el que se debe hacer hincapié. En importancia, son iguales las lentes, el tamaño físico del sensor y su sensibilidad, y el zoom óptico, entre otras cosas. Este último permite hacer un acercamiento óptico sobre la imagen por retratar gracias al movimiento de sus lentes.

El zoom digital puede ignorarse, porque no agrega información a la foto, sino que aumenta el tamaño de los pixeles (usando una técnica conocida como interpolación); es el mismo que cualquier programa de edición de fotos ofrecerá en la computadora.

También puede resultar atractivo que grabe video; hoy todos los equipos lo hacen. En ese caso, lo óptimo es que permita el ajuste de foco una vez iniciada la grabación.

LA NACION publicó varias notas y se analizaron estos aspectos en detalle; los lectores encontrarán su versión en línea en www.lanacion.com.ar/899930 .

Es cada vez más común encontrar, por ejemplo, modelos con estabilización óptica de imagen, una tecnología que intenta anular el temblor natural de la mano para que las fotos no salgan borrosas en tomas con un tiempo prolongado de exposición.

La estabilización se logra incorporando sensores de movimiento que detectan la vibración y ajustan la posición interna de los elementos de la lente, intentando que la foco no salga movida. En algunos casos, la estabilización es digital: se recortan pixeles de los bordes o la cámara toma una instantánea y luego aplica digitalmente los valores de exposición y apertura de diafragma deseados.

Varios equipos, además, están ofreciendo un zoom óptico de 5 o 7 aumentos, sobrepasando el tradicional 3x, sin por eso requerir un cuerpo de tamaño superior al convencional para las cámaras de bolsillo. De hecho, en la mayoría de las nuevas cámaras reducen su grosor, sobre todo al desechar el uso de pilas recargables convencionales por baterías delgadas.

La mayoría de los fabricantes de cámaras digitales, además, está aprovechando la mayor resolución de los sensores de las cámaras para ofrecer la posibilidad de registrar video de alta definición (generalmente identificado en la cámara como HD, las siglas de High Definition).

Se considera que HD es el video registrado con una resolución de 1280 x 720 pixeles y 30 cuadros por segundo; hasta ahora, la mayoría de las cámaras digitales grababa video con cuadros cuya resolución era de 320 x 240 o 640 x 480 pixeles. La mayoría de las cámaras digitales graba este video en MPEG4 o HDV, una variante de alta definición del MPEG2 presente en los DVD.

Hay que tener en cuenta que el registro de videos en esta calidad requerirá una mayor capacidad de almacenamiento. Por eso, la mayoría de los modelos disponibles en el país usa tarjetas de almacenamiento SDHC; ya hay tarjetas de 32 GB para este formato, aunque es necesario consultar el manual de la cámara para confirmar que admita esta capacidad; muchas cámaras sólo aceptan tarjetas de hasta 8 GB. Este número, igual, debería ser suficiente para casi todos los fotógrafos. Para tener un parámetro, en 1 GB entran entre 200 y 350 fotos, de entre 7 y 10 megapixeles. Dependerá de la resolución elegida y la compresión definida.

Algunos modelos, además, agregan una salida de video digital de alta definición, para mostrar esos videos en pantallas HD; hasta ahora sólo se ofrecía un conector analógico para ver fotos y videos almacenados en la cámara en un televisor convencional.

Las nuevas cámaras incluyen también más herramientas para automatizar el uso del equipo. Por ejemplo, con el cambio automático de escena, en el que el microprocesador de la cámara analiza la imagen por fotografiar y trata de identificar si se trata de un retrato, un paisaje, un intento por capturar un momento de un partido de fútbol, etcétera, para cambiar el modo de funcionamiento y evitarle al usuario esa tarea. No siempre tiene éxito, pero como es una función extra no molesta; a la vez, puede servir al fotógrafo novel.

Los fabricantes también están incluyendo tecnología de detección de rostros. La idea es que la cámara analice la imagen, identifique un rostro en ella y ajuste su foco, exposición, balance de blancos e intensidad del flash para que la cara de la persona se vea lo mejor posible, en vez de simplemente hacer foco en el elemento más cercano a la lente y configurar la apertura del diafragma y la exposición según ese parámetro.

Dependiendo de la marca y el modelo, esta función puede estar activa todo el tiempo o requerir su activación manual, momento en que comienza a buscar patrones identificados como caras (un óvalo anaranjado, etcétera).

Algunos equipos pueden identificar hasta diez caras o distinguir una cabeza de perfil.

A veces pueden tener falsos positivos (un cuadro, una estatua), pero en general, las reseñas de los sitios especializados son bastante positivas respecto de esta función.

En algunos equipos, además, se incluye la detección de sonrisas: la cámara no captura la instantánea hasta que el sujeto encuadrado sonríe. En los equipos que probamos en la Redacción funciona mejor cuando se ven los dientes.

Una última adición para muchas cámaras es el uso de pantallas sensibles al tacto, para operar el equipo sin recurrir a botones de control. Aquí es una cuestión de gustos: para muchos usuarios será lo ideal, ya que por lo general está presente en equipos con displays grandes y cuerpos de diseño estilizado; otros preferirán sentir en sus dedos el movimiento de botones y perillas al ser activados.

En cualquier caso, el mercado de fotografía digital hogareña sigue avanzando, alejándose del simple aumento de megapixeles en el sensor y sumando funciones que complementen a las tradicionales y hagan más placentero el tomar fotos.