29 de septiembre de 2008
Por: La Opinion
Una sensación muy agradable que muchos desconocen. Te prometo ?por experiencia propia- que es un gran placer.
Como dijera en una ocasión Benjamín Franklin, "un centavo ahorrado es un centavo ganado" y ese es, en realidad, el gran secreto para comenzar el camino de la prosperidad económica. Ahorrar es la base de la riqueza, pues si no acumulas dinero al principio, nunca tendrás capital para invertir. Y en cada momento de la vida, en cada actividad que hacemos, tenemos la oportunidad de ahorrar, casi sin darnos cuenta. Y estos tips te ayudarán a cortar gastos superfluos.
En el mercado: ¡Cuidado cuando visites tiendas de comidas de descuento, como Costco, y compres un paquete de seis botellas de ketchup, que no vas a usar ni en dos años... y al final se echarán a perder!
Compra sólo lo que tengas en tu lista; evita los pasillos de caramelos y dulces, al igual que el de artículos gourmet muy bellos, pero carísimos.
Jamás compres cuando tengas hambre, pues acabarás comprando comidas que no necesitas.
En tu farmacia o supermercado habitual, pide una tarjetita plástica de membresía, llévala en tu llavero y muéstrala antes de pagar, pues te ahorrará considerablemente.
Utiliza los cupones de ahorro. Aunque parezca tedioso recortarlos, cada vez que vas al mercado podrías ahorrarte $12 ó $15.
Fíjate que en la registradora no se equivoquen, que te den los precios anunciados y que te acrediten bien tus cupones.
Aprende a comprar en las tiendas de $1 o dollar stores y ahorrarás muchísimo en ciertos productos.
En las tiendas: Cuidado cuando vas a las tiendas que ofrecen rebajas y compras una prenda de vestir rebajadísima, pero que nunca te vas a poner.
Examina tu armario: fíjate que "necesitas" muy poco... Aprovéchate de esto y ahorra en compras impulsivas.
¿Cuántos pares de zapatos realmente necesitas y usas? Las estadísticas dicen que tenemos tres pares básicos.
Si quieres algo específico y no puedes vivir sin ello, antes de comprarlo espera a que lo ponga en rebaja y ahorrarás más del 50%
Recicla tus telas: saca unos shorts de esos jeans que ya están medio viejos.
Entretenimientos y comidas: Escoge ver un video o DVD en familia en vez de gastar el triple yendo al cine.
Considera hacerte socio de un sitio como Netflix, que incluso te permite ver infinidad de filmes y videos instantáneos en tu computadora sin pagar una cuota adicional.
No compres refrescos y palomitas de maíz en el cine, sino llévalas hechas en la casa en una bolsa de nailon.
Cambia tu forma de usar la tarjeta de crédito. Si pagas en efectivo cada vez que puedas, eso te permitirá comprar sólo cuando tengas dinero disponible.
Lleva tu propio almuerzo al trabajo y al final de mes verás cuánto has ahorrado.
En los restaurantes, si son dos personas, pidan dos aperitivos y compartan un plato principal. Eviten los refrescos, pidan agua de la pila, y olviden los carísimos postres o cafés.
? Busca los restaurantes con comidas ‘a precios fijos’, los que ocurren varias semanas del año, como es en New York el ‘restaurant week’, o en Miami el ‘Miami Spice’.
Revisa los recibos de tiendas y restaurantes, pues a veces vienen con errores en tu contra o añaden la propina automáticamente, especialmente cuando son más de seis personas, y no te lo hacen saber.
Ve a la biblioteca pública donde puedes sacar los últimos libros, DVD, videos y CD sin gastar un centavo.
Ahorros en general: Hay cosas que salen más baratas si se adquieren por internet, como la comida de animales, los libros, y ciertas medicinas y ropas, ¡además de los viajes!
Si haces pagos por internet te ahorrarás varios dólares al mes en sellos de correos.
Usa un banco que te ofrezca cuenta corriente y cheques gratis. Igualmente debes asegurarte que te dé una tarjeta de crédito sin pago anual de membresía.
Evita costos de ATM o cajeros automáticos que te cobren por extraer dinero.
Revisa el interés que estás pagando en el préstamo de tu vivienda. Tal vez el interés actual es mucho más bajo que el que tienes y podrías ahorrarte una buena cantidad al mes.
Trata de usar la misma compañía de seguro para todas tus necesidades (casa, auto, vida).
Cuando puedas, compra cosas usadas (libros, muebles, CD) que incluso se encuentran en la internet, en swap meets o en tiendas de caridad estilo thrift shops.
Apaga luces, mantén el termostato controlado y ahorrarás en electricidad.
No conduzcas más de lo necesario, ni hagas 10 viajes al mercado en vez de dos.
Ahorra en tu plan telefónico: quizás no necesitas tener ya esa línea tradicional, sino que tu teléfono móvil es suficiente. Y escoge el mejor plan de larga distancia.
Ahorra en tintorería aprendiendo a lavar a mano y planchar en la casa blusas, camisas de hombre, piezas estilo drip dry, etc.
El ahorro es lo primero que aprendemos de matemáticas, pero lo olvidamos de adultos: uno y uno es dos, y dos y dos son cuatro... Un ahorrito por aquí y uno por allá se acumulan a fin de mes para sumar una buena cantidad. Y al final de año, te asombrarás de lo que ahorraste. Casi sin darte cuenta, ni pasar trabajo, tienes el dinero que te hacía falta para una emergencia, un gasto realmente importante, para invertir en tu futuro o, ¿por qué no?, para darte un gustazo.