30 de septiembre de 2008
Por: El Nuevo Herald
Las autoridades cubanas arrestaron a tres hermanos de Miami-Dade que huyeron a Cuba este año al ser acusados de estafar $119 millones al Medicare, confirmaron el lunes funcionarios estadounidenses que conocen el caso. No está claro si las autoridades estadounidenses tratan de negociar con el gobierno cubano la entrega de Carlos, Luis y José Benítez, que fueron arrestados en Cuba a mediados de septiembre por infracciones de inmigración, según dos funcionarios policiales de Estados Unidos.
El FBI no ha pedido formalmente al gobierno cubano que les entregue a los Benítez, quienes huyeron del sur de la Florida antes de que se les formularan cargos en junio, porque Estados Unidos no tiene relaciones formales con Cuba.
Pero agentes del FBI han trabajado conjuntamente con las autoridades dominicanas para confiscar las propiedades de los hermanos, sus cuentas de banco y otras posesiones de adquiridas en ese país, supuestamente con los millones robados al Medicare.
La noticia de los hermanos Benítez salió a relucir recientemente en República Dominicana, adonde el jueves pasado llegó desde Cuba el hijo de uno de los hermanos. Tras ser detenido brevemente, Elvis Benítez declaró a las autoridades dominicanas que su padre, José, y sus dos tíos estaban presos en Cuba, según información publicada en el Diario Libre en Santo Domingo.
Los hermanos Benítez forman parte de un grupo de 56 acusados de fraude al Medicare desde el 2004 que han huido del sur de la Florida para burlar la ley, según documentos federales. En informaciones publicadas previamente por The Miami Herald, el FBI identificó a 36 de esos fugitivos --entre ellos los hermanos Benítez-- y señaló que casi todos se habían refugiado en Cuba, República Dominicana y México.
Judy Orihuela, portavoz de la oficina regional del FBI en el sur de la Florida, declinó comentar sobre la situación de los hermanos, nacidos en Cuba y que llegaron al sur de la Florida en 1995, se naturalizaron cinco años después y usaron sus pasaportes cubanos para salir de Miami.
Los hermanos eran propietarios de una docena de clínicas de terapia con sueros contra el VIH en Miami-Dade, que presentaron más de $100 millones en facturas falsas al Medicare. Pero casi ninguno de estos servicios se prestó entre el 2001 y el 2004, según la fiscalía federal.
Los hermanos recibieron al menos $84 millones en pagos del Medicare, que aprobó la terapia intravenosa a pesar de que los expertos reconocen ampliamente que es obsoleta.
Los hermanos desviaron millones a través de empresas fantasma para financiar la compra de docenas de propiedades en República Dominicana, según el sumario de la acusación, como hoteles, casas, autos, caballos, un helicóptero y hasta un parque acuático en Santo Domingo, Higüey, Punta Cana y Bávaro.
En agosto un juez federal de Miami emitió una orden que autorizaba a las autoridades estadounidenses a confiscar esas propiedades.
Mientras los hermanos Benítez se ocultaban en Cuba, 10 médicos, enfermeros y otros asociados de su red de clínicas en Miami-Dade se han declarado culpables de fraude al Medicare y lavado de dinero y están cooperando con el FBI y la fiscalía federal.
El caso más reciente fue Thomas McKenzie, un asistente médico que fue la mano derecha de los hermanos Benítez.
Este mes McKenzie admitió que desde diciembre del 2001 hasta abril del 2004 enseñó a los médicos en las clínicas a falsificar archivos, como los de recetas médicas, para apoyar las falsas reclamaciones al Medicare.
Los pacientes recibieron entre $100 a $150 por visita por permitir a las clínicas usar sus números de Medicare.
McKenzie confesó también que supervisó en las clínicas los archivos de los tratamientos de VIH que no se prestaron para asegurar que parecieran legítimos a los contratistas que procesan las facturas al Medicare.
Entre los pacientes habituales estaba Alexander McCray, de 40 años, con un historial de arrestos por posesión de drogas. El hombre de Opa-locka vendió su número de Medicare a algunas de las clínicas de los Benítez en numerosas ocasiones, según las autoridades federales, como Saint Jude Rehab Center y Physicians Med-Care, ambas en Miami.
McCray, quien es seropositivo, declaró a The Miami Herald que recibió decenas de miles de dólares de las clínicas, que usó para comprar cocaína en piedra.
Desde el 2001, las clínicas de VIH, entre ellas algunas de las operadas por los hermanos Benítez, han facturado más de $1.1 millones en reclamaciones falsas al Medicare usando el número de McCray, según los archivos federales. McCray no ha sido acusado como paciente profesional de Medicare, en parte porque la fiscalía federal no considera una prioridad enjuiciar a los pacientes.