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  Por el libro
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El Nuevo Día

Aun cuando en Puerto Rico se rebasó la marca de $19,000 millones en transacciones electrónicas, el uso de los cajeros automáticos va en descenso, indicó Mike Vizcarrondo, responsable de la unidad de Procesamiento de Pagos para la tecnológica Evertec.

Según Vizcarrondo, este año, el número de transacciones electrónicas en Puerto Rico se ubicará en unos 538 millones, un 14% más que para el 2009, pero ese nuevo récord no es fruto de la multiplicidad de cajeros automáticos en bancos, gasolineras y hasta en casinos, sino de más visitas por parte de los consumidores a los comercios.

Según Vizcarrondo, en Puerto Rico, el uso de cheques continúa en descenso, una tendencia esperada a la luz de la versatilidad y conveniencia que provee la tecnología. De acuerdo con el Puerto Rico Clearinghouse Association, una entidad respaldada por instituciones bancarias y que procesa los cheques de todo el sistema financiero, este año se gestionarán en la Isla unos 30 millones de cheques en relación a los 51 millones que se registraron en el 2008.

Pero en el caso de los cajeros automáticos, la baja está muy relacionada con los nuevos cargos establecidos por las instituciones bancarias cuando sus clientes utilizan los cajeros de bancos competidores a la hora de retirar dinero o efectuar transacciones similares.

“La gente está dejando su dinero en el banco y va a la tienda a transaccionar”, dijo Vizcarrondo a los participantes de la décimoséptima convención de la Asociación de Profesionales de Finanzas.

Las estadísticas

Según datos de Evertec, el uso de cajeros automáticos ha ido en descenso en los pasados tres años, con caídas anuales de entre 3.4% y 3.2%. En contraste, las transacciones en puntos de venta han crecido en el orden de 10% y 9% entre los años 2010 y el corriente.

A principios de año, El Nuevo Día reseñó los aumentos adoptados por diversas instituciones bancarias a la hora de utilizar cajeros automáticos competidores.

De acuerdo con Vizcarrondo, la aceptación de tarjetas en más establecimientos y el desembolso de pagos gubernamentales a través de la vía electrónica justifican parte del aumento en transacciones electrónicas en los comercios y la dinámica continuará en ascenso en la Isla y en América Latina, particularmente a través de más o mejores métodos de pago.

Según el ejecutivo, el hecho de que la región, incluyendo a Puerto Rico, representará el 6% de los pagos electrónicos del mundo en un lapso de cinco años se ha convertido en una razón poderosa para que empresas como Evertec continúen buscando oportunidades de crecimiento.

En el caso de Puerto Rico, el ejecutivo sostuvo que la existencia de una población no bancarizada y un cambio en el comportamiento del consumidor favorecen crecimientos futuros. En Puerto Rico, todavía el 30% de la población no está vinculada con ninguna institución financiera y, además, los consumidores han abandonado diversas prácticas, como acudir al supermercado a hacer una megacompra. Ahora, aseguró, el consumidor acude repetidas veces a establecimientos, pero a hacer compras más pequeñas.

Nueva tecnología

Vizcarrondo sostuvo que a partir de este mes comenzarán a introducirse en Puerto Rico las tarjetas de microcircuito, que sustituirán la conocida banda magnética en tarjetas de débito o crédito.

Sostuvo, sin embargo, que la tecnología encontrará escollos pues, por razones económicas, Estados Unidos no ha dado paso a la innovación que se utiliza ampliamente en Asia, América Latina y Europa. “Es una razón puramente económica, porque va a ser muy costoso tener que reemplazar unos siete millones de puntos de venta”, dijo Vizcarrondo al destacar que la tarjeta de microcircuito es más efectiva que la tecnología actual en la detección de fraude.

De igual forma, Vizcarrondo indicó que en Puerto Rico estarán disponibles próximamente otras alternativas de uso de fondos como la transferencia de dinero a través de celulares o el efectuar pagos móviles con notificaciones en tiempo real.

Reconoció, sin embargo, que en el caso de iniciativas como el llamado “wallet virtual”, donde se almacena la información de tarjetas de crédito en celulares, todavía no se ha probado lo suficiente y la viabilidad de estas dependerá de cuánto el consumidor o el comercio interesen pagar.