Inicio  








  Por el libro
Bookmark & Share

25 de enero de 2012

WSJ

El 1% no sólo tiene más dinero, sino más tiempo para disfrutarlo. Los hombres ricos viven por más tiempo que sus contrapartes con menores ingresos, principalmente porque los segundos tienen mayor predisposición a tener un estilo de vida menos saludable, según indica un nuevo estudio.

Hoy en día, los hombres más ricos viven en promedio 80,4 años, casi seis año más que un hombre en un grupo socioeconómico más bajo, según un estudio llevado a cabo por el Longevity Science Advisory Panel, un grupo sin ánimo de lucro con sede en el Reino Unido. El estudio indicó que la brecha de expectativa de vida entre los ricos y pobres se está ampliando: hace 20 años un hombre nacido en un grupo socioeconómico más alto tenía una expectativa de vida de 75,6 años, casi cinco años más que una persona en una clase social inferior.

[trump1612] Reuters

Donald Trump podría vivir más allá de los 80 años, gracias a los hábitos que le permite su fortuna

La razón subyacente parece residir en la forma en la que la gente elige gastar su dinero, dice el estudio, el cual cita una amplia gama de investigaciones y concluye que los trabajadores con menores ingresos son más propensos a fumar, beber en exceso y tener altas tasas de obesidad. Como ejemplo se cita el caso de un estudio del gobierno británico publicado en 2011 que concluyó que en 2009 hubo más de 6.500 muertes en Inglaterra atribuidas directamente al alcohol. Las tasas más altas de mortalidad entre esa población correspondían a los pobres.

La brecha es similar a un creciente número de investigaciones que muestran una tendencia similar en Estados Unidos, según indican los expertos. Un estudio de 2010 de la Oficina de Seguridad Social de EE.UU. encontró que los hombres de 65 años afiliados a los programas de Seguridad Social en el cuarto más bajo de la distribución económica viven 2,3 años menos que aquellos en el primer cuarto. Monique Morrissey, una economista del Instituto de Política Económica, un centro de estudios sin ánimo de lucro, asegura que las tasas de obesidad y de consumo de cigarrillo sólo cuentan parte de la historia. "Estos factores de comportamiento aún no pueden explicar la creciente brecha en la expectativa de vida", dijo.

Morrissey dice que el acceso a un servicio de salud de calidad también es un factor importante. Ella indicó que elevar la edad de jubilación podría empeorar las cosas. "Esto afectaría desproporcionadamente los estándares de vida de lo jubilados de bajos recursos que dependen de estos programas".