20 de enero de 2012
BBC
La compañía no ha entregado los datos de la evidencia sobre la efectividad de Tamiflu. Se trataba del fármaco que utilizaron muchos países para tratar la infección de influenza el cual, aunque no era una cura, se dijo que reducía la duración de la enfermedad y la posibilidad de que la gente desarrollara complicaciones serias. El medicamento antiviral continúa siendo utilizado como tratamiento de primera línea para la gripe en muchos países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha colocado en su lista de Medicinas Esenciales. Sin embargo, su efectividad está ahora siendo puesta en duda por algunos científicos. Un informe publicado en British Medical Journal (Revista Médica Británica) afirma que los efectos del fármaco son "inciertos". Según un estudio llevada a cabo por Cochrane Collaboration -un centro que se encarga de revisar la evidencia de tratamientos médicos- a pesar de que la empresa que lo produce, la farmacéutica Roche, prometió hace dos años entregar los datos que prueban su eficacia y seguridad para someterlos a una revisión independiente, hasta ahora no lo ha hecho. Durante la pandemia de gripe, e incluso desde el brote de gripe aviar en 2005, muchos países en todo el mundo invirtieron millones de dólares en reabastecer sus reservas de Tamiflu. Datos del Departamento de Salud en el Reino Unido, por ejemplo, indican que el gobierno de este país ordenó 14,6 millones de dosis en 2009 con un costo de US$310 millones. Inconsistencias Los ensayos clínicos presentados mostraban que el fármaco ayudaba a aliviar los síntomas serios de la influenza y a reducir las hospitalizaciones en 60%. Para confirmarlo los investigadores de Cochrane decidieron revisar la evidencia de esas afirmaciones. "En diciembre 2009 Roche prometió entregar todos los informes de estudios a cualquier investigador legítimo. A pesar de nuestros repetidos pedidos, no han entregado un solo informe de un estudio completo a Cochrane." Prof. Peter Doshi Pero su investigación, afirman, se vio obstaculizada "por la renuencia de Roche de entregar todos los detalles de los 10 ensayos llevados a cabo con el medicamento". La compañía, dicen, sólo entregó información parcial. Y se encontraron "inconsistencias en los informes publicados y una posible falta de información sobre los efectos secundarios". Cochrane afirma que "la renuencia de Roche de ofrecer acceso a sus datos plantea preguntas críticas no resueltas sobre qué tan bien funciona el antiviral". Otra investigación, llevada a cabo por la propia BMJ, encontró diferencias en el enfoque hacia Tamiflu en las distintas agencias reguladoras de medicamentos en el mundo. Esto, dice la publicación, "está conduciendo a mensajes conflictivos sobre la efectividad" del fármaco. Tal como señala la doctora Fiona Godlee, editora en jefe de la BMJ, "las discrepancias entre las conclusiones alcanzadas por los distintos reguladores alrededor del mundo pone de manifiesto la absurda situación en que nos encontramos". "En un mundo globalizado, los reguladores deben cooperar y compartir sus recursos limitados. De lo contrario continuaremos perdiendo dinero y arriesgando la salud de la gente en fármacos que no funcionan" agrega. Roche, por su parte, sostiene que entregó al equipo de Cochrane información suficiente para conducir su evaluación, pero el equipo de Cochrane afirma que no es así. Según el profesor Peter Doshi, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos, quien dirigió el estudio de Cochrane, "en diciembre 2009 Roche prometió entregar todos los informes de estudios a cualquier investigador legítimo". "A pesar de nuestros repetidos pedidos, no han entregado un solo informe de un estudio completo a Cochrane".
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