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  Por el libro
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11 de enero de 2012

WSJ

Esta semana se concretará la muy aguardada apertura de un nuevo dominio de direcciones web en el cual casi cualquier palabra, como punto-muebles o punto-vacacionesarticas, puede servir como nombre de dominio. Para algunos, eso significa una oportunidad.

A partir del jueves, la organización que supervisa Internet comenzará a aceptar postulaciones para administrar nuevos dominios de alto nivel, los nombres que aparecen al final de las direcciones web, como punto-com y punto-net.

Será la primera vez en más de una década en que alguien pueda postular para obtener los derechos para controlar una porción del mercado web en general, a diferencia de dominios sólo para tipos específicos de usuarios de Internet. Hasta ahora sólo han estado disponibles unas pocas opciones, como dot-jobs para los sitios que apuntan a quienes buscan trabajo.

Permitir que exista una mayor variedad de dominios creará más opciones en Internet y podría estimular la innovación, según la Corporación de Internet para Nombres y Números Asignados, o Icann, el organismo sin fines de lucro que regula los nombres de dominio de Internet en el mundo.

Jeffrey Smith, un emprendedor de Louisville, Kentucky, lo considera una oportunidad dorada. Junto con otros especuladores de dominios, ha estado levantando empresas en torno a ideas para nuevos nombres a la derecha del punto, y en muchos casos han conseguido seguidores para ayudarlos a cubrir el costo de postulación, entre otros gastos.

Sólo postularse para ser el supervisor de un nuevo dominio de alto nivel —y convertirse en lo que se conoce como "el que lleva el registro"— implica un costo de US$185.000, más del doble de lo que cobraba Icann en 2000, la última vez que aceptó solicitudes para dominios de alto nivel de casi cualquier clase.

La meta de los supervisores es vender sus nombres a registradores como GoDaddy.com LLC. Los registradores se especializan en revender los llamados nombres secundarios —las palabras a la izquierda del punto— a entidades conocidas como registrantes que quieren tener direcciones web. Pero antes de que un supervisor pueda venderle su nombre a un registrador, debe determinar quién podrá usar el nombre y brindarle la tecnología que le permitirá al dominio funcionar.

Smith y sus ocho socios lanzaron su empresa en 2000 con el único propósito de convertirla en propietaria de registros dot-shop que pudiera vender direcciones web ligadas a las compras. "Le dediqué los últimos 10 años a esto", afirma Smith, de 46 años.

Para el empresario, los dominios dot-shop en algún momento podrían adquirir impulso entre minoristas y otros involucrados en ventas por Internet, y algún día incluso podrían rivalizar con los punto-com, el dominio operado por Verisign Inc., el gigante de servicios de Internet.

Smith sostiene que ya ha invertido más de US$2 millones de su propio dinero en su negocio especulativo de registro de dot-shop. Junto a sus socios consiguió cuatro inversionistas para levantar capital.

Su compañía, llamada Comercial Connect LLC, en un principio se postuló para obtener los derechos de dot-shop en 2000. Pero Smith afirma que la solicitud fue rechazada por motivos que aún no tiene del todo claros. No lograr conseguirla en la próxima temporada de postulaciones sería devastador, reconoce.

Jacob Malthouse también desarrolla una empresa nueva de registro de dominios. Junto a dos socios afirma que planea postularse para dot-eco, un dominio que esperan sea atractivo para empresas y organizaciones sin fines de lucro con productos o misiones favorables al medio ambiente.

"Recibimos e-mails casi todos los días de personas que quieren comprar" un nombre con el dominio dot-eco, asegura Malthouse. Junto a sus socios comenzó a construir la compañía con sede en Vancouver en 2007.