Inicio  








  Por el libro
Bookmark & Share

29 de diciembre de 2011

WSJ

Este año se perfila como el más seguro en la historia de la aviación comercial, con aproximadamente un muerto por cada 7,1 millones de pasajeros en todo el mundo. Sin embargo, los ejecutivos del sector advierten que las estadísticas podrían ocultar peligros persistentes.

Cuando apenas faltan días para terminar el año, 2011 se encamina a eclipsar el récord de postguerra, registrado en 2004, de una víctima fatal por 6,4 millones de pasajeros, de acuerdo con la consultora de Londres Ascend.

Este año también podría cerrar con el menor número de muertes de pasajeros, que suman 401 hasta la fecha, pese a un aumento significativo de vuelos y pasajeros a nivel global. En 2004, 344 pasajeros fallecieron en accidentes de aviación comercial, pero ese año la industria transportó 30% menos de pasajeros en muchos menos vuelos, según Ascend. Las cifras excluyen atentados terroristas.

Desde que se estrelló una aeronave en Papua Nueva Guinea en octubre, que dejó 28 muertos, no ha habido ningún siniestro de vuelos comerciales con muertes, el periodo más prolongado sin accidentes de aviones de pasajeros en la era moderna.

"La seguridad está mejorando y lo está haciendo más rápidamente de lo que la industria se está expandiendo", dijo Paul Hayes, director de seguridad de Ascend.

Las cifras son mejores para las aerolíneas que vuelan con aviones fabricados en Occidente.

Este año han experimentado un accidente de envergadura por cada tres millones de vuelos en todo el mundo, un desempeño 49% mejor que en 2010 y casi tres veces mejor que 2001, de acuerdo con la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), una entidad que agrupa al sector. La cifra representa el mejor desempeño de la industria desde que IATA empezó a recopilar datos de accidentes en los años 40. Al incluir las aeronaves rusas y otro tipo de aviones, la tasa de accidentes globales cayó ligeramente a unos dos accidentes por cada millón de vuelos, o siete veces más alta que la tasa para aviones fabricados en Occidente, como los hechos por Airbus, Boeing, Bombardier y Embraer.

La tasa de accidentes en América Latina ha caído más de 30% en 2011 para quedar en cerca de 5 accidentes por millón de vuelos, frente a 7 accidentes por idéntico número de vuelos el año pasado, según las cifras de la IATA. Los expertos atribuyen la mejora a la mayor colaboración e intercambio de información entre los reguladores y las líneas aéreas, además de la asistencia externa.

La tasa de accidentes en América Latina es menor que la de áfrica y Medio Oriente, pero es más de tres veces la de Estados Unidos, y Canadá, Europa y el norte de Asia, según la IATA.

Al tomar en cuenta los aviones fabricados en Occidente, la tasa de aviones muy dañados es un tercio de la de áfrica, pero el doble de la de Medio Oriente, una región donde abundan las aeronaves más modernas.

El año también concluye con otra marca notable: el período más prolongado en la aviación moderna sin un solo accidente aéreo fatal, señala Harro Ranter, presidente de la Aviation Safety Network, una organización sin fines de lucro que hace seguimiento de accidentes e incidentes aéreos. Desde el 13 de octubre, cuando un avión de hélice chocó en Papua Nueva Guinea y cobró la vida de 28 pasajeros, nadie ha muerto en un avión comercial, que es definido como una nave de varios motores que transporta a más de 14 pasajeros. El anterior período más prolongado de este tipo fue de 61 días y se registró en 1985, indica Ranter.

Aunque los récords de este año merecen ser destacados, no garantizan la seguridad futura e incluso podrían socavarla al generar complacencia, advirtió Bill Voss, presidente de la Fundación de Seguridad en Vuelos, una organización de defensa de la seguridad aérea. "Tenemos una trayectoria tan fantástica" en el mejoramiento de la seguridad global que las aerolíneas y los gobiernos pueden verse tentados a decir "miren qué bien lo arreglamos, ya no tenemos nada más que hacer", observó.

Algunos parámetros de seguridad no han mejorado en muchos años y algunos accidentes recientes han dejado al descubierto áreas que aún necesitan trabajo: la seguridad en tierra de los aeropuertos, la capacitación de pilotos para que manejen computadoras sofisticadas y un mayor conocimiento de los peligros de volar en algunos países en desarrollo. La mayoría de las víctimas fatales en 2011 ocurrieron en Rusia, Irán y países africanos que por años han sufrido problemas de seguridad aérea, como Angola y la República Democrática del Congo.

La principal tasa de accidentes en América del Norte, por ejemplo, ha permanecido sin variación en cerca de una muerte por cada 10 millones de vuelos, mientras que en áfrica la tasa es aproximadamente 40 veces mayor, según la IATA.

Pero, en general, volar en áfrica es mucho menos peligroso que hace algunos años, gracias a los esfuerzos coordinados de los funcionarios aéreos locales y de las autoridades internacionales.