23 de diciembre de 2011
WSJ.com
Las personas están pegadas a sus aparatos móviles, obsesivamente llamando, enviando mensajes de texto, correos electrónicos y descargando aplicaciones. ¿Por qué entonces el sector de telefonía celular de Estados Unidos atraviesa por un momento delicado, como demuestra el fallido plan de AT&T Inc. de comprar T-Mobile USA? La razón es que las compañías de telecomunicaciones están perdiendo poder frente a los fabricantes de aparatos y software que han sido los principales beneficiarios del auge de los teléfonos inteligentes. Los operadores, en cambio, deben afrontar los crecientes costos de capital mientras que buena parte del aumento de las ganancias beneficia a Apple Inc., los fabricantes que usan el sistema operativo Android, de Google Inc., y las empresas que producen populares aplicaciones para móviles. En suma: los fabricantes de aparatos y los desarrolladores de aplicaciones están de fiesta, mientras los proveedores de telefonía celular hacen el trabajo pesado. Los aparatos inteligentes han restado márgenes de ganancia a los operadores de telefonía móvil, según analistas. El sector inalámbrico siempre ha requerido de grandes inversiones, pero la reciente decisión de construir redes más veloces y confiables para sostener una avalancha de datos ha aumentado los costos de las telefónicas y abultado las ganancias de los fabricantes de celulares. Ahora que AT&T renunció a la compra de T-Mobile, se prevé que ambas compañías, al igual que el resto del sector, consideren participar en subastas caras para obtener los derechos de las ondas radiales, un juego que se ha vuelto mucho más complicado en semanas recientes después de que Verizon Wireless gastó US$4.000 millones comprando derechos de espectros de cuatro compañías de cable. Los operadores de telefonía móvil de EE.UU. gastaron US$24.900 millones en redes e infraestructura en 2010, el mayor monto anual desde 2005, según la organización de la industria CTIA. En 2010, sin embargo, AT&T y Verizon Wireless fueron las únicas compañías en conseguir un retorno sobre su inversión en redes inalámbricas mayor que sus costos de capital, según los cálculos de Bernstein Research. [wsjamp1dec23] Al mismo tiempo, el rápido ascenso del iPhone refleja muchos de los retos que encara la industria de las telecomunicaciones a pesar de que los estadounidenses dependen cada vez más de sus teléfonos. Analistas de Wall Street prevén que los márgenes de ganancia de telefonía inalámbrica de AT&T en el cuarto trimestre serán los más bajos en al menos cuatro años, a pesar de que AT&T dijo que vendería más teléfonos inteligentes que en cualquier otro trimestre. Ello se debe a que cada vez que sale un nuevo modelo de iPhone, son las compañías de telefonía móvil —no los consumidores— quienes más pagan. Los analistas calculan que las telefónicas pagan a Apple un subsidio de unos US$400 cada vez que un consumidor compra un iPhone con un contrato de dos años. AT&T y otros operadores de telefonía celular señalan que los subsidios al iPhone representan una inversión que hará más probable que los consumidores permanezcan y aumentará la cantidad de dinero que están dispuestos a gastar por los servicios de la telefónica. Pero algunos analistas dicen que tales beneficios aún no se han materializado. Michael McCormack, analista de Nomura Securities, dice que los márgenes de ganancia del servicio de móviles de AT&T no han mejorado significativamente desde que la compañía comenzó a ofrecer el iPhone en 2007. "En su mayor parte, en realidad ha sido una transferencia de riqueza de los accionistas de AT&T a los accionistas de Apple", dijo McCormack, quien predice que el margen de ganancia del cuarto trimestre de AT&T caerá de 44% a 30% en el tercer trimestre.
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