12 de diciembre de 2011
Wsj.com
Desde la aparición en los años 30 de muñecas que bebían de un biberón y luego mojaban su pañal, la industria del juguete ha procurado crear muñecas que parecen vivas. No obstante, los juguetes más recientes llevan la creatividad a un nuevo nivel. La nueva sofisticación, en parte, pretende acallar la común objeción de los padres de que los juguetes electrónicos hacen que los niños sean demasiado pasivos. La complejidad también está motivada por un simple afán. En años recientes, el juguete obligado de Navidad ha sido un bonito —e innovador—aparato electrónico. Para fabricantes y comercios, un juguete que se venda como pan caliente puede ser la diferencia entre una temporada de ventas navideñas decente y una fabulosa. Los juguetes interactivos también atraen un grupo demográfico valioso, dice el analista independiente Chris Byrne. Los abuelos los compran en grandes cantidades, señala. "Ellos generalmente se ven atraídos a los juguetes con muchos pitos y campanas, los que se reciben con una explosión de alegría en Navidad", dice Byrne. "Admitámoslo, estamos comprando amor con esto". "La tecnología aumenta cada año", dice Patricia Hogan, curadora de juguetes y muñecas de The Strong's National Museum of Play en Rochester, estado de Nueva York. "Tan sólo el progreso de Elmo en los últimos 15 años es impresionante". Por supuesto, los juguetes electrónicos que hablan no siempre generan el entusiasmo de los padres, quienes tienen que escucharlos todo el día. Algunos también se preguntan si la emoción inicial vale la pena, ya que los juguetes no son baratos. Sus precios van de US$50 para Fijit y My Keepon a US$60 para el nuevo Elmo (sin contar los US$20 adicionales por cada uno de tres instrumentos musicales vendidos por separado. Los precios son de Estados Unidos). Kim Tracy Prince en Los ángeles cuenta que sus dos hijos, de 4 y 6 años, jugaron por un tiempo con el Elmo cosquillas y luego lo destrozaron. "Con el nuevo Elmo seguro jugarán más tiempo, pero al final también lo destrozarán". La nueva generación de productos aniquila la idea de un juguete, "que es que uno debe imaginar de qué se trata una criatura o artículo", dice Rebecca Wolf, una madre de Los ángeles de cuatro niños menores de 7 años. "Cuando los juguetes vienen con voz propia, ¿dónde está el chiste?". Hasbro Inc. dice que escuchó a los padres cuando creó el nuevo ¡Vamos a Rockear Elmo! Sobre todo, las madres no querían que fuera un juguete de exhibición con el que sus niños fueran meros espectadores. Así que Hasbro se aseguró de que los niños pudieran jugar con el muñeco. Ellos pueden usar los instrumentos de Elmo y jugar con un teclado, guitarra y micrófono adicionales que obligan a Elmo a armonizar. Cuando los padres se quejaron de que Fijit era difícil de operar, Mattel creó un video de instrucciones que subió a YouTube explicando cómo hacer que la muñeca interactuara apretando su barriga cuando se enciende, usando una de las 30 frases impresas en una tarjeta que venía en el paquete, hablando con claridad y parándose a no más de 60 centímetros de la muñeca. My Keepon —contracción de las palabras "amarillo" y "rebote" en japonés— es también un éxito en YouTube. El juguete nació como un robot de US$30.000 en Japón usado como herramienta terapéutica con niños autistas para alentar la interacción. En 2007, sus creadores hicieron un video de Keepon bailando y lo subieron a YouTube. El video ha atraído más de dos millones de visitas desde entonces, así como la atención del fabricante británico Wow! Stuff, que convenció a los científicos que le permitieran hacer una versión comercial. A pesar de que tiene una construcción más simple que el modelo terapéutico, My Keepon aún tiene muchos sensores y cuatro motores que le permiten reaccionar al tacto y a la música. No siempre responde con los mismos movimientos a una canción.
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