10 de octubre de 2011
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La violencia relacionada con el narcotráfico —no los cambios en los costos, ni la compleja logística— es la principal razón por la que Rick Binder afirma que Global Finishing Solutions LLC está dejando México. "No pudimos lograr que los gerentes se trasladaran allí", afirma el presidente del pequeño fabricante de Wisconsin, en EE.UU., que en julio cerró su fábrica en Monterrey, México. Hasta ahora, la empresa que hace cabinas para la industria aeroespacial ha contratado 102 trabajadores en Wisconsin para hacer frente a la carga de trabajo, lo que lleva su personal total en EE.UU. a unas 350 personas. En 2005, en medio del auge económico global, Global Finishing abrió una planta de fabricación en México. Binder sostiene que le gustó la calidad de los trabajadores en Monterrey y reconoce que nadie en su nómina en la ciudad mexicana resultó herido por la violencia. Binder señala que pagaba a los trabajadores mexicanos un promedio de US$3 a US$3,50 la hora, incluyendo beneficios, comparado con US$25 a US$27 en Wisconsin. Pero en última instancia, agrega, los ahorros en costos no compensaban los contratiempos de intentar convencer a los gerentes de trasladarse a Monterrey, sin mencionar los otros gastos asociados con operar una fábrica a distancia. "Estábamos duplicando toda nuestra estructura de gastos generales", afirma Binder, lo que no tenía sentido para una empresa pequeña. Desde que el presidente Felipe Calderón tomó las riendas del país en 2006, ha habido decenas de miles de asesinatos ligados a los carteles del narcotráfico en México. El mandatario ha adelantado una guerra frontal contra las bandas financiadas con el tráfico de drogas. Jeff Prileson, director general financiero de The Offshore Group, una empresa con sede en Tucson que ayuda a firmas estadounidenses a establecer operaciones a lo largo de la frontera con México, señala que algunas empresas tienen dudas debido a los titulares de violencia en México, "pero la percepción es mucho peor que la realidad". De hecho, Prileson sostiene que su firma ve un continuo influjo de empresas estadounidenses que buscan establecer operaciones en México. Una peculiaridad, sin embargo, es que una creciente cantidad de estos clientes son firmas que trasladan su producción desde China u otros lugares más lejanos para estar más cerca de sus clientes en EE.UU. y Canadá.
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