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  Estirando el chavito
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21 de septiembre de 2011

El Nuevo Dia

Hasta ahora, nadie salva al consumidor boricua de pagar el ajuste por combustible en la factura de la luz, aunque apague todas las luces.

Sin embargo, con varios trucos, sí tiene el poder de ahorrar hasta 20% al hacer la compra, sin sacrificar su nutrición ni la de su familia.

Es una realidad, comprobada por Negocios, que los precios en los supermercados se han disparado 30% en los últimos 10 años. Por ejemplo, los plátanos cuestan 300% más y el medio galón de leche fresca subió 70% en ese periodo.

Ir a varias tiendas no siempre es rentable

Con el afán de estirar el dólar, hoy los consumidores visitan más de un supermercado en busca de los mejores precios, pero el alza en el precio de la gasolina hace que esta técnica no siempre sea la más rentable.

Por ello, te presentamos algunas guías para mantener saludables la dieta y el bolsillo.

Antes de ir

Anota los productos que se te han acabado y las compras especiales que tengas que hacer.

Verifica todos los shoppers, compara los precios y escoge los mejores. Llévalos contigo para referencia y para negociar.

Come algo y bebe agua. Nunca hagas la compra con hambre o sed. Echarás más dulces y chucherías en el carrito.

Si es posible, deja los niños al cuidado de otra persona para evitar antojos.

En las tiendas

Si una tienda promete igualar el precio de la competencia, tómale la palabra. Así te puedes ahorrar el viaje a un segundo comercio donde ese artículo esté más barato.

Apégate a la lista, pero mantén los ojos abiertos para artículos no perecederos que estén en especial. Si el detergente que usas tiene más de 30% de descuento, aprovecha y compra más.

Ojo avizor a las fechas de expiración: Los supermercados bajan el precio de yogures, quesos y cortes fríos cuando se aproxima la fecha de caducidad. ¡Aprovecha!

Los vegetales y frutas que están en temporada suelen tener mejor precio. Asegúrate de consumirlos antes de que se dañen.

Comer saludable puede implicar ahorros: Frutas, vegetales y granos secos son más nutritivos y menos costosos que comidas empacadas como cereales de desayuno. Una bolsa de 15-20 onzas de cereal azucarado ronda de $3.50 a $4.50 y rinde apenas 12 porciones. En cambio un frasco de avena de 42 onzas, con 30 servicios, cuesta unos $3.00 y su sabor se varía con pasas, canela, vainilla, frutas…

Compara los precios de las carnes ya picadas y empacadas versus las postas enteras. Pide el corte que deseas al carnicero.

No des por sentado que una tienda de descuento tiene los mejores precios. Comprúebalo.

Al comprar en los clubes al por mayor como Sam’s y Costco, compara el precio por unidad. Los paquetes tamaño familiar no siempre son buen negocio.

Presta atención al tamaño de los envases. La industria alimentaria reduce volumen y mantiene o aumenta el precio.

Evita comprar artículos de higiene personal y hasta detergentes en un supermercado, a menos que el precio sea de verdad tentador. Suelen ser más caros que en otros establecimientos.

Al salir de la tienda

No olvides enviar los ‘rebates’ por correo o llenar esa encuesta por internet que toma un par de minutos y promete un descuento.

Coteja tus recibos. Aunque el personal sea cuidadoso, errar es de humanos y marcar doble un artículo no es tan raro.

Considera visitar los mercados agrícolas que están tan de moda. Así ayudas al agro local, accedes a productos súper frescos y te das un paseo.

Fuentes: DoctorShoper, Consumer Reports y BankRate.com