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  Por el libro
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El Nuevo Herald

Los últimos datos sobre el incremento de los ingresos de los hogares más adinerados de EEUU han reabierto el debate sobre la distribución de la riqueza y sus efectos en la primera economía mundial en pleno año electoral.

La Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), señala en su último informe sobre Tendencias en la distribución del ingreso de los hogares publicado este mes que esa brecha entre las rentas más altas y el resto ha aumentado progresivamente en las últimas décadas.

Entre 1979 y el 2007, el ingreso del 1% de los hogares más ricos creció un 275%. Para el siguiente 19% más adinerado el incremento fue del 65%, según la CBO, una oficina federal no partidista.

Los hogares con rentas más bajas, por el contrario, vieron aumentar sus ingresos tan sólo entre un 18% y un 20% en el citado periodo, según el estudio.

Estos datos han resonado en EEUU en un año electoral que se caracteriza por el marcado contraste entre demócratas y republicanos sobre la mejor forma de reforzar el frágil crecimiento económico y revitalizar el anémico mercado laboral, con una tasa de desempleo por encima del 8% desde el 2009.

El presidente Barack Obama ha hecho de esa disparidad una de sus principales líneas de ataque contra los republicanos, a los que acusa de contribuir a la desigualdad al favorecer al reducido grupo de hogares adinerados.

El candidato republicano Mitt Romney ha descartado en reiteradas ocasiones subir los impuestos a los más ricos porque son, dice, quienes generan empleos y pueden dar el empujón necesario para reanimar la economía.

El año pasado Obama nombró presidente de su Consejo de Asesores Económicos al profesor de Princeton Alan Krueger, economista conocido por sus estudios en el área de la desigualdad de ingresos en EEUU.

Krueger ha calificado esta creciente disparidad como “una insana división en las oportunidades” y “una amenaza al crecimiento económico”.

Asimismo, ha alertado que el tamaño de la clase media es cada vez menor en EEUU.

El experto indicó que si en 1970 la mitad de los hogares estadounidenses estaban en un radio del 50% por arriba o por abajo de la media nacional, ese porcentaje se redujo al 44% en el año 2000 y al 42.2% en el 2011.

No obstante, otros estudiosos, como Scott Winship, experto del Brookings Institute, difieren de estos análisis al afirmar que la realidad es que “el gran salto” en la desigualdad en el ingreso se ha producido principalmente entre el uno por ciento de hogares más adinerados y el resto.

En el resto de los grupos de ingresos, argumenta Winship, esa disparidad se ha mantenido “más o menos estable” si se tienen en cuenta las transferencias de programas federales.

“Solo un tipo de desigualdad (la que se produce entre el 1% y el restante 99%) ha crecido notablemente”, aseguró Winship.

A nivel general, y según datos del Censo de EEUU, el ingreso medio de los hogares en el 2010 fue de $49,445, un 14% más que en el 2000, cuando era de $42,100, y representa un aumento del 35% desde 1979.

Sin embargo, el 1% de los hogares recibió un 24% de todos los ingresos en el 2007 frente a un 10% en 1980.

“¿Por qué el aumento en la concentración de ingreso necesariamente tienen que ser trasladado en pérdidas para el resto? El tamaño de la tarta económica puede crecer de un modo en que todo el mundo consigue una mayor parte a pesar de que los ricos obtengan una mayor porción”, aseguró el experto en una conferencia esta semana en el CATO Institute de Washington.

Winship considera más importante hacer hincapié en la movilidad de las personas para avanzar de grupo de nivel de ingreso, que en esa distancia relativa entre los más adinerados y el resto.

“La movilidad hacia arriba en la escala de ingreso entre los veinteañeros de hoy es similar a la existente en la generación previa. Entre un 50% y un 55% de aquellos que comenzaron como pobres alcanzaron la clase media”, agregó Winship.

Por su parte, el candidato republicano a la vicepresidencia, el congresista Paul Ryan, ha defendido la movilidad dentro de la sociedad como “clave en la idea en la que se basa EEUU”.

“La clase no es un designio fijo en este país. Somos una sociedad con gran movimiento entre los distintos grupos de ingresos”, afirmó recientemente Ryan, autor de un polémico plan de ajuste económico que busca recortar drásticamente el gasto público y bajar los impuestos.


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