El Programa Impulso a la Vivienda no ha sido suficiente para mantener a flote la venta de casas en Puerto Rico, ya que esta industria reflejó su mayor caída desde el 2009, con un 42.6 por ciento, para el primer trimestre de este año.
En comparación con el trimestre anterior, ese número representa unas 460 unidades menos que se vendieron, para un total de 619 viviendas vendidas.
Esas cifras contrastan con los datos económicos presentados por el Gobierno, que dan cuenta de los diferentes indicadores que comienzan a mostrar signos positivos para la economía local.
Si se compara el trimestre de enero a marzo de este año con el del año anterior, el impacto es más elevado, ya que alcanza una merma de un 46%. En el primer trimestre del 2011 se vendieron 1,138 unidades, versus 619 en el primer trimestre del 2012.
Según el estudio realizado por la firma de Estudios Técnicos, las viviendas unifamiliares presentaron una reducción de un 39%, no empece siguen siendo la prioridad de los consumidores con un 61% de las ventas. Solo el segmento de residencias mixtas experimentó una leve alza.
El rango de precio de mayores ventas se reflejó desde los $40,000 hasta los $149,000. Las regiones de Arecibo y Fajardo fueron las que mayor decrecimiento experimentaron. En el caso de Fajardo vendieron unas 103 unidades menos que el trimestre anterior.
Esta tendencia, que deja ver otra cara de la recuperación de los principales indicadores económicos que se han estado registrando recientemente, fue adjudicado a una multiplicidad de factores, entre los que figuran: la demografía, el desempleo, paralización de proyectos, desconfianza por parte del consumidor, desvalorización de las propiedades, aumento en el periodo de venta de las casas y menos consumidores con calificación crediticia positiva, entre otros.
Graham Castillo, presidente de la firma de Estudios Técnicos, explicó que estos resultados responden, además, a que queda mucho inventario de viviendas que no han podido ser vendidas y que corren el riesgo de ser reposeídas por los bancos. Esto afecta la valoración de proyectos adyacentes e incrementa la desconfianza de los consumidores. Sin embargo, sostuvo que al igual que en el pasado, la debilidad en la oferta de empleo al igual que el incremento migratorio, aumenta el inventario de viviendas vacantes para la reventa, las cuales compiten con los nuevos proyectos. A ello sumó la ausencia de capacidad crediticia de muchos consumidores, los cuales han sido víctimas del ciclo recesionario.
“En estos resultados influye también la caída de los valores de las propiedades lo que afecta el ‘equity’ de los consumidores, limitándolos en su opción de poder adquirir una nueva propiedad. Al igual los afecta el prolongado tiempo de venta de las casas, lo que igualmente limita la liquidez del vendedor. El consumidor está muy pendiente a lo que está sucediendo y no se siente con la confianza de asumir o incrementar sus compromisos económicos, al contrario no están demandando crédito y lo que están haciendo es acogerse a programa federales para reducir sus pagos. Esto se empeora porque en el año eleccionario sale todo lo malo y esto afecta el ánimo de los consumidores”, afirmó Castillo.
Agregó, que el estudio refleja que la confianza de los consumidores no ha mejorado, al contrario, entiende que puede empeorar y este año no se vería la recuperación esperada. Unido a ello mencionó que el problema de proyectos detenidos no se resuelve de la noche a la mañana, e igualmente puede agravarse y retrasar un poco más la recuperación.
Aunque aceptó que el Programa Impulso a la Vivienda ha aportado positivamente a la industria, sostuvo que es una iniciativa que se ve impactada por otros implicaciones. “Si bien ayudó, es un ambiente complejo donde todavía queda camino por recorrer. Existen unos mercados donde hay demanda por residencias de precios más económicos. Se trata de ofrecer buen producto a precio asequible. Esto se agudiza con el proceso eleccionario, donde las personas están cautelosas en espera de lo que vaya a suceder para tomar sus decisiones”, afirmó el economista.
No obstante, los desarrolladores están esperanzados en que estos números serán superados. José Feliciano, director ejecutivo de la Asociación de Constructores de Hogar, entiende que todavía faltan muchos préstamos hipotecarios que durante el primer trimestre no pudieron ser cerrados por las innumerables restricciones federales, pero confían en que este segundo trimestre se puedan concretar los mismos.
Aclaró que el reto de la industria está en transformar esta tendencia, lo que están trabajando a través de la búsqueda de inversionistas extranjeros y de residentes que habían abandonado la Isla.