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  Por el libro
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El Nuevo Día

Dime qué calzas y te diré quién eres es la conclusión a la que llegaron estos psicólogos al ver la gran carga simbólica de los zapatos, que representarían de forma inconsciente un mapa de la personalidad de quien los lleva puestos.

En la investigación, 63 estudiantes llenaron una forma en la que se les preguntaban las características de su personalidad y cuáles eran los zapatos que más usaban. Enseguida, se les enseñó el calzado de 208 personas y se les pidió que describieran la personalidad de quienes los portaban.

Los estudiantes intentaron dar con las características de los observados como la edad, el género, la religión y el estatus social, además de definir si el propietario del calzado era extrovertido o introvertido, liberal o conservador, cuáles eran sus hábitos de limpieza, estabilidad emocional, si esa persona era agradable y si creían que era franca cuando se dirigía a los demás.

Entre los resultados, algunas conclusiones parecen obvias como que los zapatos más caros pertenecen a personas con sueldos más altos, los más llamativos (coloridos, de extraña forma) pertenecían a personas extrovertidas y los muy limpios a personas meticulosas.

Sin embargo, el estudio arrojó otros resultados menos previsibles, tales como que el calzado más funcional y práctico pertenece a personas consideradas amables, los botines se relacionan con temperamentos más explosivos e incluso agresivos; y los zapatos más incómodos pero bonitos pertenecía a aquellos considerados de carácter apaciguado.

Las personas más socialmente condescendientes y con temor al qué dirán optan más por zapatos nuevos y de marca, y tienden a mantenerlos muy limpios. Las personas que se autodenominan de izquierda usan zapatos menos costosos y no tan cuidados.

Finalmente, el estudio resuelve que es muy poco probable que una persona escoja unos zapatos queriendo aparentar una personalidad distinta a la suya, ya que la inversión de su dinero y el pensamiento en dicho calzado debe combinar con el resto de su ropa, algo que limita de forma predecible su elección.

El estudio, publicado en la revista Journal of Research in Personality, dice también que las personas tienden a reparar constantemente sus zapatos, además de que la alta demanda de calzado permite a los fabricantes ofrecer una amplia gama de estilos, que les permitirían a las personas expresar su individualidad al portarlos.