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  Por el libro
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26 de febrero de 2016

El Pais

Tras dos días de intensas negociaciones, Foxconn, el principal proveedor de Apple, había cerrado un principio de acuerdo con la compañía japonesa por valor de 700.000 millones de yenes (5.600 millones de euros), según informaba este jueves el diario financiero japonés Nikkei. Sin embargo, unas horas después de la confirmación, el trato ha sido suspendido hasta que se “clarifiquen algunas condiciones” según un comunicado de la empresa taiwanesa.

Sharp, que desde hace varios años se encuentra en una compleja situación económica, se había decantado finalmente por la oferta de la empresa dirigida por Terry Gou. La compañía nipona había rechazado la oferta del fondo estatal Innovation Network Corporation of Japan que ofrecía una inyección de 300.000 millones de yenes en sus arcas más una línea de crédito de 200.000 millones.

El acuerdo entre las dos partes, ahora suspendido, suponía la apertura al capital extranjero del sector tecnológico japonés —sobre el que el Gobierno de Shinzo Abe ha adoptado una actitud marcadamente proteccionista—. La compañía nipona pretendía emitir una serie de nuevas acciones por valor de 4.400 millones de dólares (3.990 millones de euros) para que fueran adquiridos por la empresa taiwanesa. Sin embargo, alegando “futuros riesgos financieros”, el proveedor de Apple y de otras famosas marcas de tecnología ha dejado el acuerdo en el aire. De haber concluido, la adquisición convertiría a Foxconn en máximo accionista de Sharp con el 65,9% del capital.

El diario estadounidense The Wall Street Journal ha señalado que la razón de la repentina cancelación del contrato entre las dos partes reside en un “pasivo contingente”, el potencial coste que una compañía podría tener que afrontar por antiguos contratos, demandas y otros elementos generadores de incertidumbre. Foxconn quiere revisar cada uno de estos elementos antes de “firmar un acuerdo definitivo”.

No era la primera vez que Foxconn intentaba hacerse con el control de la japonesa. En 2012 el grupo tecnológico taiwanés, fracasó en su intento por convertirse en uno de los principales accionistas de Sharp, que ha perdido más de 10.000 millones de dólares (9.000 millones de euros) en los cinco últimos años. En aquel momento, Gou declaró sentirse “engañado” por la empresa de Kozo Takahashi.

De ser finalmente ratificada, la operación supondría la mayor adquisición hasta la fecha de una empresa de tecnología japonesa por parte de una firma extranjera. “Este trato viene a indicar que Japón está más cerca del camino que lleva a abandonar la idea de que necesita compañías completamente nacionales, solo porque tienen un famoso nombre japonés y buena tecnología”, ha señalado Nicholas Benes, experto en gobierno corporativo y director de la junta directiva del instituto de formación profesional de Japón.

En la bolsa de Tokio, las acciones de Sharp han caído más de un 14% mientras que las acciones de Foxconn han subido más casi un 3%. Con el acuerdo, la empresa japonesa esperaba salir de su complicada situación y la firma taiwanesa buscaba hacerse con el I+D del fabricante nipón e incrementar su relación con Apple, ya que Sharp también provee pantallas para el iPhone.