19 de enero de 2021
El Vocero
Las pérdidas estimadas para los hospitales en Puerto Rico han ascendido a $706,177,653 desde marzo.
El brote de coronavirus ha arrojado a los sistemas hospitalarios de Estados Unidos a una crisis de riesgo sistémico que incluye tanto el área médica como financiera.
Si bien las instituciones sólidas pueden ignorar el impacto de los efectos adversos de la pandemia, la mayoría de los hospitales en Puerto Rico no podrán recuperarse, según se desprende del estudio actualizado de la firma Birling Capital, al que tuvo acceso EL VOCERO.
Desde que comenzó el cierre —el 15 de marzo— las pérdidas estimadas para los hospitales en Puerto Rico han ascendido a $706,177,653.
Actualización
El estimado de pérdidas para el mes de diciembre incrementó de $58.6 millones —$ 1.95 millones por día— a $72.8 millones —$ 2.5 millones por día.
Las pérdidas estimadas, según el estudio, no incluyen las pérdidas proyectadas que seguirán teniendo los hospitales durante el período de reinicio de operaciones —que en el mejor de los escenarios puede durar hasta el segundo trimestre de 2021— cuando las pérdidas podrían superar los $2,000 millones.
El estudio expone que en la medida en que la pandemia continúe y no lleguen más ayudas del gobierno federal, el sector de la salud y los hospitales en Puerto Rico pudiesen experimentar pérdidas superiores a las peores proyecciones presentadas en los estimados originales, que superaban los $1,000 millones.
De acuerdo a la firma, el impacto de esta tendencia a la baja pone en riesgo la permanencia de muchos hospitales, lo cual igualmente atenta contra la capacidad operacional —de incrementar significativamente los contagios de Covid-19— poniendo en riesgo la vida de los pacientes.
El estudio, que periódicamente se actualiza, ha estado apuntando a que una de las mayores amenazas que enfrenta la Isla es el riesgo a un colapso del sistema hospitalario del País. Enfatiza que tras el paso de María, el riesgo incrementó y con el Covid-19 pudiese suceder algo similar a lo que ocurrió en 2008 con la banca. De esto suceder, advierten que gran parte de la población se quedaría sin servicio médico, lo que traería consigo una crisis humanitaria.
Según el informe, Estados Unidos —incluido Puerto Rico— está entre los lugares con mayor gasto sanitario per cápita, pero también ocupa el último lugar de entre un grupo de 11 países desarrollados, en cuanto al desempeño de su sistema de salud.
Del gasto total para la atención de la salud, se asegura que un 38% va hacia los hospitales, y que ha sido así durante los últimos 50 años.