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  Por el libro
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La Perla del Sur

Es un alivio que podría representar millones de dólares en economías para miles de ciudadanos y comerciantes en Puerto Rico.

Sin embargo, tras 10 meses de reducciones continuas en el valor del gas licuado, los consumidores siguen pagando un alto precio por este combustible, en muchos casos, esencial.

Como evidencian los registros del índice de precios de la firma Mont Belview, desde el pasado 10 de febrero el valor del gas licuado ha caído de $1.70 el galón a 76 centavos el 28 de noviembre, una baja de 55 por ciento.

Aun así, los mayoristas de este producto han optado por retener la diferencia para incrementar sus márgenes de ganancia, con lo cual han privado al consumidor de un ahorro sustancial, denunció a La Perla del Sur el activista del consumidor Gilberto Arvelo Colón, mejor conocido como Dr. Shoper.

“Como parte de la discusión del aumento a ‘la crudita’ se ha perdido de perspectiva la situación del gas licuado”, afirmó Arvelo Colón. “Y este es un ‘issue’ grande que no se está atendiendo”.

“Al no haber una fiscalización constante, como ocurre en el caso de la gasolina, la disminución en el (valor del) gas licuado está pasando por debajo del radar de las entidades gubernamentales y el consumidor no se está beneficiando”, continuó.

De acuerdo al Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), el precio promedio del cilindro de 100 libras de gas licuado ronda hoy entre los $75 a $95 al detal, mientras que el tanque de 20 libras se vende entre $20 y $22.

Como evidencian los registros del índice de precios de la firma Mont Belview, desde el pasado 10 de febrero el valor del gas licuado ha caído de $1.70 el galón a 76 centavos el 28 de noviembre, una baja de 55 por ciento.

No obstante, con la caída de costos en el mercado mundial, el precio de ambos se podría rebajar -como mínimo- 25 por ciento, advirtió Arvelo Colón.

Al presente, el suministro de gas licuado es atendido en la isla por tres mayoristas: Empire Gas, Tropigas y Puma.

“Y con esto no solo se afecta el consumidor particular. Los ‘laundrys’, las panaderías, las cafeterías usan esto. El gas licuado tiene un uso industrial bastante fuerte y esto sería un alivio, incluso, para el mismo gobierno. Comedores escolares compran gas licuado. ¿Dónde están esos ahorros?”, preguntó Dr. Shoper.

“Hay que recordar que cuando el precio se puso a $1.57 en febrero, la industria del gas estaba pidiendo al Secretario de DACO que aumentara el precio del gas licuado y, en efecto, aumentó a nivel del consumidor. Pero ahora que el precio está bajando, hay silencio”, sostuvo.

De hecho, el pasado mes de febrero la Asociación de Industriales del Pan de Puerto Rico alertó que el precio de este producto registró un alza de entre 25 a 60 centavos por galón, lo que provocó un incremento en costos operacionales de hasta $100 semanales para panaderías de toda la isla.

¿Toallazo del DACO?

Esta intriga, empero, tiene explicación a juicio de Arvelo Colón: “la falta de fiscalización por parte del DACO”.

Por ello, acusó a la agencia de convertirse en cómplice de la industria y de los mayoristas de gas licuado en el país.

La Ley 10 del 2009 faculta al DACO con la potestad para regular y fijar, tanto los precios como los márgenes de ganancia de este combustible. Aún así, al cierre de esta edición la agencia ha hecho caso omiso a este derecho.

Por otro lado, Arvelo Colón criticó al DACO por no publicar en su página web los precios establecidos por los mayoristas de gas licuado, tal y como hace con los mayoristas de gasolina.

“Si yo no me meto en el mercado de referencia y chequeo los precios, nadie sabe nada. Un ciudadano particular tiene que tomar la iniciativa de acudir a los medios y dejar saber que el precio del gas licuado ha bajado sobre un 50 por ciento y los consumidores no estamos viendo eso”, puntualizó.

“DACO, que es la entidad responsable de fiscalizar, no está haciendo su trabajo. No ha emitido un solo comunicado relacionado con la situación del gas licuado”, añadió.

Arvelo Colón fue incluso más lejos al acusar al DACO de responder a intereses políticos, al no fiscalizar adecuadamente a este núcleo de mayoristas.

“El gas licuado en Puerto Rico lo controlan dos compañías, aunque está entrando Puma a distribuir, y la líder del mercado -Empire Gas- es un contribuyente del Partido Popular Democrático”, alegó.

Esta empresa controla cerca del 80 por ciento del mercado en la isla.

Una investigación del periódico Metro publicada en agosto de 2013 reveló un prolongado patrón de irregularidades, aumentos en contubernio, traqueteos contributivos y acciones monopolísticas por parte de Empire Gas y Tropigas.

Dos meses más tarde, el DACO emitió una multa de $10 mil a Empire Gas por no cumplir con la entrega de un informe trimestral sobre sus ventas y ganancias.

“Bajo estudio” del DACO

Al cierre de esta edición, el secretario del DACO, Nery Adames Soto, defendió las ejecutorias de su agencia en este asunto y aseguró que, de ser necesario, tomará las acciones correspondientes.

Según alegó, antes de que concluya el 2014 deberá contar con un estudio económico realizado por su agencia, donde se examina el precio de gas licuado en Puerto Rico.

Entre las medidas bajo consideración, mencionó el implementar un tope al margen de ganancia bruta de los mayoristas, aunque rehusó adelantar si este margen se justifica al presente.

“Yo próximamente estaré acabando un estudio sobre el precio del gas y si es irrazonable, tomaré las medidas que haya que tomar”, respondió a La Perla del Sur.