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  Por el libro
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Roberto B. Suárez Seín, representante legal de la Asociación que agrupa a las empresas Trigo Corp., Bearco y Malgor / Foto por: Eric Rojas

El Vocero

La medida pendiente para la firma del gobernador y que le representará unos $60 millones más en impuestos a los productores locales de vino podría echar a perder unos 400 empleos directos y reducir los recaudos.

Al recibir un alza impositiva hasta 10 veces mayor a la actual, la Asociación de Productores de Vino de Puerto Rico anticipa que no podrán asumir el costo, lo cual significará el cese de operaciones.

Los representantes del sector volvieron a reclamar públicamente que no se firmen los cambios al impuesto sobre el vino, ya que discrimina contra un sector de los productores mientras privilegia a otros, y encarecerá casi al doble el vino de $3 y $5 que consumen las personas de recursos limitados.

De hecho, hasta los vinos para cocinar con precios de $2.99 podrían llegar a pagar el mismo nivel de impuesto de ejemplares de alto costo y prestigio.

 

Al cierre de esta edición no se pudo obtener una reacción de La Fortaleza.

Según el proyecto, cuando la producción local llegue a los 400 mil galones o más, entonces le cobija el impuesto mayor de $12.05 que es el que pagan los vinos importados, incluyendo los de mayor calidad. Hasta ahora ese tope de producción está en 2 millones de galones.

No está claro si la imposición que se apruebe se mantendrá una vez de establezca la reforma contributiva. El representante Rafael “Tatito” Hernández, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara, no estuvo disponible ayer.

Roberto B. Suárez Seín, representante legal de la Asociación que agrupa a las empresas Trigo Corp., Bearco y Malgor, dijo que la ley que está pendiente de firma en La Fortaleza da tratamiento diferente a los llamados cocteles para no cobrarles el impuesto del producto final que pagan otras bebidas como el vino.

Los cambios propuestos a la ley contributiva han seguido un camino atropellado, de acuerdo con quienes la rechazan, ya que las enmiendas se agregaron al P. del S. 1189 sin que mediara ninguna discusión ni consulta con los sectores que impacta. Únicamente se habría consultado en la legislatura a José González Freyre, presidente de Panamerican Grain, que elabora cocteles bajo la marca Gasolina y no pagará el impuesto al final de su elaboración.

 

“Según el Proyecto del Senado 1189, la sangría tipo coctel, como Sangrííía Gasolina, que es un producto al cual se le añade ron a 189 grados prueba (94.5% alcohol) a jugos de frutas, paga un impuesto de $15.12 por cada galón de ron que se usa como materia prima en la elaboración del producto, y no por el producto terminado”, explicó Suárez Seín.

Señaló que bajo la ley vigente todas las bebidas alcohólicas pagan un impuesto por cada galón de producto terminado y así lo reiteró el Departamento de Hacienda en la Determinación Administrativa 14-21 que emitió el pasado 9 de septiembre.

La oposición surge específicamente porque la legislación establece una excepción que le permite a las bebidas alcohólicas tipo coctel pagar solamente el impuesto por cada galón de ron que se usa como materia prima en su elaboración “lo que resulta en un impuesto sustancialmente más bajo y con efectividad retroactiva”, agregó Suárez Seín.

La disparidad en pagos es tan significativa que los productores sostienen que recibirán alzas hasta 10 veces mayores y el sector no podrá aguantar la carga económica.

“Hay una disparidad bien grande”, sentenció Suárez Seín, y detalló que por cada 10,000 galones de alcohol usados para producir 126,000 galones de sangría tipo coctel, Hacienda recibe $151,200 (10,000 galones x $15.12), o el equivalente de un impuesto de $1.20 por cada galón de producto terminado.

 

“Bajo el Proyecto del Senado 1189, la sangría de vino de frutas tropicales pagará un impuesto de $12.05 por cada galón de producto terminado que Panamerican Grain no pagará por su sangría. Esto significa que por cada 126,000 galones de sangría de vino de frutas tropicales Hacienda recibirá $1,518,300”, abundó el abogado.

González Freyre ha dicho anteriormente que Gasolina no es un espíritu destilado sino un coctel. Sobre los señalamientos de que será favorecido con la firma del gobernador, ayer tarde no fue posible contactarlo.

Al establecer una distinción entre la sangría tipo coctel y la sangría de vino de frutas tropicales, la medida pendiente “instituye una clasificación arbitraria y discriminatoria que permite que productos que compiten entre sí se vendan a precios dramáticamente diferentes, colocando así en grave desventaja a los elaboradores locales de sangría de vino de frutas tropicales”.

En consecuencia al efecto adverso que la Asociación anticipa cuando se firmen los cambios, esto “conlleva una reducción significativa en los recaudos de Hacienda, inclusive de manera retroactiva, a razón de $1,753,920 por cada 126,000 galones de producto terminado elaborados en el pasado y en el futuro. Esta última cifra, tomando en cuenta solamente la sangría tipo coctel y si tomamos en cuenta las demás bebidas alcohólicas tipo coctel, la reducción en los recaudos de Hacienda es sustancialmente mayor debido a la efectividad retroactiva y prospectiva de ese proyecto de ley”.